El movimiento indígena marchó este lunes hacia Quito en un abierto enfrentamiento con el gobierno de Lenín Moreno. Tras las primeras protestas y la decisión del mandatario de decretar el pasado jueves el estado de excepción, el inconformismoen el país suramericano, lejos de disminur, ha aumentado. La eliminación de los subsidios al diesel y la gasolina, como resultado de un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), hizo que los ecuatorianos salieran a protestar. Las consecuencias económicas de esas decisiones fueron un duro golpe para el bolsillo de la población, lo que causó una gran molestia. En términos reales, los ecuatorianos para pagar 1,85 dólares por galón a 2,39.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) rechazó las medidas e incluso, su presidente, Jaime Vargas, expresó que estaba "totalmente cerrado" el diálogo con el gobierno, hasta tanto la comunidad indígena se concentrara en Quito.
Desde del domingo por la noche, los manifestantes de las regiones al sur del país emprendieron el viaje a pie o en vehículos particulares hacia Quito. "Estaremos llegando más de 20.000 indígenas", dijo Jaime Vargas, que en el año 2000 protagonizó el derrocamiento del entonces mandatario Jamil Mahuad, cuestionado por su política económica. Durante el trayecto, un grupo de indígenas se enfrentó a la fuerza pública en repetidas ocasiones, lo que desató caos y conmoción en la movilización. El diario El Comercio registró cómo sobre las 3 de la tarde, las organizaciones indígenas que iban a la altura de la curva de Santa Rosa, en Quito, fueron recibidas con gases lacrimógenos por los uniformados. En respuesta, "los manifestantes tomaron el control de un vehículo militar y se produjo un incendio dentro del blindado", decía en la descripción del video.
"Convocamos al paro del pueblo y la huelga nacional del 9 de octubre. Las acciones del pueblo no terminan allí si el gobierno no retrocede en las medidas", manifestó a su vez Nelson Erazo, titular del Frente Popular, que reúne a varios sectores como de trabajadores y estudiantes.
La situación de orden público se salió de control con el pasar de las horas. Lenín Moreno tenía previsto dar una rueda de prensa durante la tarde para contener el malestar del país, pero cuando se disponía a hacerlo, los manifestantes llegaron al Palacio de gobierno y los militares obligaron a los periodistas a evacuar el lugar por los riesgos de seguridad. Gladys Rivadeneira, periodista ecuatoriana, publicó en su cuenta de Twitter un mensaje de angustia.
En redes, Dario Fernando Patiño, periodista colombiano que estuvo al frente del canal Ecuavisa hasta 2015, reportó que hubo saqueos a la industria lechera protagonizados por algunos marchantes.
Juan Sebastián Roldán, secretario particular de la Presidencia, se refirió sobre los saqueos y el ingreso de manifestantes a las plantaciones de flores y los calificó ajenos a la protesta social pacífica que, por años, ha desarrollado la comunidad indígena. "Nunca hemos visto situaciones de agresividad, de saqueo y de cometimiento de delitos como los que acabamos de ver. Es responsabilidad única y exclusiva de los líderes indígenas que no tienen control de la situación", afirmó. Como van las cosas, si efectivamente se movilizan 20 mil indígenas a Quito para participar en la huelga nacional, programada para el 9 de octubre, el clima político estará más tensionante que nunca y el gobierno de Moreno deberá mediar entre un acuerdo internacional y las peteciones de su país, si no quiere que se prolonguen las protestas que ya dejan un muerto, más de 20 heridos y cerca de 500 detenidos. *Con información de AFP