Nuevamente Rusia y Japón se sacan chispas por cuenta de la guerra en Ucrania y de los movimientos militares que hace el Ejército ruso cerca de la frontera japonés.
Hace unos días aviones de reconocimiento de Rusia, sobrevolaron aguas del mar de Japón, lo cual activó las alarmas de la fuerza aérea del país asiático. Después de esto, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, decidió endurecer las sanciones contra el gobierno de Vladimir Putin.
Ante esto, el Ministerio de Exteriores de Rusia acusó a Japón de tratar de “convertirse en el líder de las restricciones antirrusas” y lanzó una dura advertencia donde aseguró que “responderán” al último paquete de sanciones anunciado por Tokio.
“Continuamos monitoreando la implementación práctica de dichos pasos y evaluando su posible impacto en la seguridad nacional y la economía”, manifestó la cartera diplomática rusa en un comunicado en el que carga contra Kishida.
El Gobierno japonés anunció el pasado jueves 25 de mayo la ampliación de las sanciones contra Rusia, “a la luz de la situación internacional actual que rodea Ucrania, y con el fin de contribuir a los esfuerzos internacionales para la paz destinados a resolver este problema”.
Así, la cartera de Exteriores de Japón confirmó la congelación de activos de 78 organizaciones y 17 individuos rusos, la prohibición de exportaciones a 80 empresas, la negativa a exportar bienes que “fortalezcan” la industria rusa, y la prohibición de la “prestación de servicios de arquitectura e ingeniería” al país euroasiático.
Entre los sancionados se incluyen funcionarios de las regiones ucranianas anexionadas por Moscú en septiembre del año pasado tras referéndums fraudulentos, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, así como militares e incluso una presentadora de televisión.
El miedo de Japón a las armas nucleares rusas
Rusia también denunció los intentos de las autoridades japonesas de difundir la idea de que Moscú está tratando de implementar una suerte de “chantaje nuclear” en el marco de invasión a Ucrania, iniciada hace ya más de quince meses.
“El deseo de atribuir a Rusia la falsa intención de utilizar armas nucleares en relación con los acontecimientos en Ucrania no es más que una especulación cínica y sin escrúpulos”, remarcó la cartera diplomática rusa.
Moscú también se refirió a que no ha variado su enfoque respecto a este tema y ha pedido a Tokio a que “muestre una preocupación similar con respecto a las armas nucleares estadounidenses ya desplegadas en Ucrania”.
Las autoridades japoneses condenaron la decisión de Rusia de trasladar armamento nuclear hacia territorio bielorruso y exigieron el cese de tales acciones porque “aumentan las tensiones”.
“Japón, es el único país que ha sufrido bombardeos atómicos durante la guerra, no podemos aceptar en absoluto la amenaza de armas nucleares de Rusia, y mucho menos su uso”, subrayaron las autoridades niponas.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, confirmó que su par ruso, Vladimir Putin, inició el traslado de armamento nuclear hacia territorio su territorio. La noticia ya ha recibido críticas a nivel internacional, incluido Estados Unidos y la Unión Europea.
Está previsto que el próximo primero de julio finalice la construcción de una serie de instalaciones de almacenamiento para este tipo de armamento.
Moscú ha entregado ya a Minsk un sistema de defensa antimisiles Iskander, que puede portar ojivas nucleares, al tiempo que ha contribuido al entrenamiento y equipamiento de las fuerzas rusas para que puedan hacer uso de “munición especial”.
Con información de Europa Press