Hay conmoción mundial luego de que este viernes, 8 de julio, el ex primer ministro japonés Shinzo Abe muriera tras recibir un disparo durante un acto de campaña. Los hechos ocurrieron en la localidad de Nara, al suroeste del país nipón.
El detenido fue identificado como Tetsuya Yamagami, de 41 años, un antiguo miembro de la Fuerza Marítima de Autodefensa, según recogió la agencia Europa Press. No obstante, por el momento no han sido esclarecidas las motivaciones del presunto autor del crimen.
De acuerdo con las primeras versiones, el sospechoso efectuó dos disparos durante un discurso de Abe cerca de una parada de tren, de cara a las próximas elecciones legislativas en el país.
Sobre Yamagami, la información aún es limitada. Según reportó la cadena pública NHK, el sujeto disparó por la espalda a Shinzo Abe con un arma de fabricación casera. Las imágenes fueron publicadas en redes sociales y en ellas se observa una especie de pistola rudimentaria con doble cañón, así como el momento exacto en que dos oficiales de seguridad se abalanzan sobre el individuo.
En contraste con Estados Unidos, Japón tiene una normativa de armas mucho más estricta, lo que explicaría por qué el atentado se efectuó con un dispositivo de fabricación casera.
Según fuentes del Ministerio de Defensa japonés, citadas por NHK, Tetsuya Yamagami trabajó en la rama naval de las Fuerzas de Autodefensa, encargadas de la defensa del archipiélago, durante tres años. Finalmente, salió de la institución en el 2005.
¿Por qué atentó contra Shinzo Abe?
De momento, las motivaciones del presunto tirador no han sido esclarecidas. No obstante, según reseñó la prensa local, Yamagami habría dicho en sus declaraciones a la policía que estaba “insatisfecho” con el ex primer ministro, razón por la cual decidió atentar contra su vida.
El sospechoso continúa bajo la custodia de las autoridades japonesas mientras avanza la investigación para esclarecer los detalles del asesinato de Shinzo Abe.
Líderes mundiales lamentan muerte “brutal” del ex primer ministro japonés Shinzo Abe
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, lamentaron este viernes la muerte “brutal” del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, quien resultó abatido con arma de fuego durante un acto de campaña.
Von der Leyen condenó el “brutal y cobarde asesinato” de Abe, a quien definió como “una persona fantástica” y “un gran demócrata”, al tiempo que Michel apuntó: “Nunca entenderé la muerte brutal de este gran hombre”.
Entre tanto, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, expresó este viernes su consternación y tristeza por la muerte del ex primer ministro japonés. “Este es un momento muy, muy triste”, dijo Blinken a los periodistas en una reunión del G20 en Bali, donde también aseguró que la administración de los Estados Unidos está “profundamente entristecido y profundamente preocupado”.
Por su parte, el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo estar desbastado tras la muerte de Shinzo Abe, a quien llamó un “gran hombre y líder”, además de “un verdadero amigo”.
Vale destacar que con el asesinato del ex primer ministro Abe, la corriente conservadora tradicionalista de la política japonesa pierde a uno de sus principales exponentes, así como a un transformador de la política económica y militar del país.
Abe sirvió dos mandatos como primer ministro, convirtiéndose en el primer ministro de Japón con más años de servicio, antes de renunciar en 2020, diciendo que había resurgido su colitis ulcerosa, el problema de salud que llevaba arrastrando desde la adolescencia.
Abe también cultivó su amistad con el entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump. Fue el primer líder extranjero en reunirse con el flamante mandatario tras su victoria en las elecciones de 2016 y desplegó la alfombra roja durante la visita de Estado de este a Japón en 2019.
La reaparición de su enfermedad, unida a la erosión de su figura pública tras varios escándalos (como el arresto de su exministro de Justicia) y las críticas a su gestión de los primeros meses de la pandemia, lo llevaron a dimitir en agosto de 2020 y a renunciar a su sueño de presidir la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, aplazados finalmente a 2021.