Mientras que en Suramérica no deja de temblar, el foco de las incidencias telúricas también se centra ahora en el sur de Asia, con una impresionante sucesión de movimientos en tres países vecinos: India, Afganistán y el diminuto Nepal.
Medios internacionales informaron este martes que el Centro de Sismología de la India (NCS, por su sigla en inglés) reportó cinco temblores consecutivos en un rango de 2.7 y 6.2 puntos en la escala de Richter.
Múltiples réplicas
Los fenómenos tuvieron como epicentro a poblaciones de la propia India, Nepal y Afganistán, para un trágico saldo de nueve muertos.
Hay una persona desaparecida, además de daños en construcciones.
Del quinteto de temblores, el más fuerte fue el tercero, de 6.2 puntos, que se manifestó a las 2:51 p. m. (hora local) en el occidente de Nepal. a cinco kilómetros de profundidad.
El segundo seísmo de mayor intensidad se dio en esa misma zona, de 4.6 puntos y a 10 kilómetros de profundidad.
Otro par de temblores, de 4.3 y 3.0, se sintieron en los estados de Uttarakhand y Assam, respectivamente, en India.
En Fayzabad, Afganistán, se presentó hacia las 4:30 p. m. un quinto temblor, de 4.7 y a 10 kilómetros de profundidad.
Las autoridades nepalíes del ramo igualmente registraron 4 réplicas desde las 3:06 de la tarde y que superaban los 4 puntos de magnitud. También hubo mucha más réplicas de menor intensidad.
No obstante, la información ha sido un poco confusa, si se tiene en cuenta que el Servicio Geológico de Estados Unidos solo registró 2 sismos de 4.9 y 5.7, con epicentro en Dipayal Silgadhi, una localidad al occidente de Nepal.
Las agencias internacionales han dicho que, de todos modos, el país más golpeado por esta ola sísmica es Nepal, donde se presentó un saldo de 9 muertos a causa del fenómeno en la zona de Bajhang.
Pobreza y terremotos
Allí, igualmente, hubo destrozos en las viviendas, según voceros de la policía local.
El drama se acrecienta si se tiene en cuenta que se trata de una de las regiones más lejanas y empobrecidas de este país, ya de por si ubicado en los inhóspitos montes Himalaya.
Ahora, con el seísmo, la carretera principal quedó bloqueada, lo que dificultará la entrada de ayudas por vía terrestre y la circulación de aquellos habitantes que quisieran ponerse a salvo.
Los temblores no son nada raros en estos países que, históricamente, han sido propensos a toda suerte de catástrofes naturales.
Katmandú, por ejemplo, es la capital nacional más expuesta a los terremotos entre un grupo de 21 grandes urbes alrededor del planeta. El mundo recuerda todavía con horror el fortísimo terremoto de abril de 2015, de 7.8 de magnitud.
No solo se derrumbaron edificios de las ciudades sino también las montañas, cuyas avalanchas de tierra contribuyeron a elevar el horrendo saldo de alrededor de 9.000 muertos y un saldo de heridos que superó los 22.000.
El seísmo nepalí fue tan fuerte que han pasado siete años y aún no se ha logrado la reconstrucción definitiva de las regiones golpeadas, en parte porque la pandemia desaceleró el ritmo de las obras.
En cuanto a Afganistán, lloró a 4.000 fallecidos luego de los 2 terremotos de 1998. El primero, de 5.9 puntos y el otro, de 6, marcaron una de las peores inclemencias de la naturaleza en la historia del país.