El expresidente ecuatoriano Rafael Correa propuso este jueves que el pueblo de Ecuador reúna firmas para revocar del cargo al actual presidente, Guillermo Lasso.

“Si Lasso tuviera algo de responsabilidad y amor patrio, pondría su cargo a consideración con el artículo 148 de la Constitución. Como no lo va a hacer, tendremos que reunir firmas para revocatoria”, dijo Correa en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

Citando un tuit en el que el ministro del Interior ecuatoriano, Francisco Jiménez Pancho, anunció la decisión de abrir las puertas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito para que celebren sus asambleas las organizaciones indigenistas, el expresidente de Ecuador manifestó que el actual Ejecutivo quedará “en muerte clínica”.

“Léase: ya pactamos. Quedará un Gobierno en muerte clínica, con menos del 20 % de apoyo”, agregó Correa, quien también ha acusado a Lasso de ganar con “trampas”.

“Sentencia por influjo psíquico para impedirme participar. Prensa obscenamente a favor de Lasso, mintiendo y manipulando. Estruendosas mentiras del propio Lasso (…) Lasso es un gran fraude”, sostuvo Correa en otro mensaje de Twitter.

El expresidente ecuatoriano, quien se encuentra en Bélgica después de que el país le ofreciera asilo político, está condenado por un delito de cohecho en un caso que ha salpicado también a otros miembros de su antiguo Gobierno, pero él siempre ha defendido la idea que es víctima de una persecución política.

Policía frustró el ingreso de los indígenas al Congreso de Ecuador

En la tarde de este jueves 23 de junio, un grupo de indígenas intentó ingresar al Congreso de Ecuador, en medio de las manifestaciones que adelantan desde hace 11 días. Frente esta situación, la Policía local frustró que estas personas entraran con bombas de gas lacrimógeno.

Tras haber celebrado la “recuperación” de la emblemática Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), que desde el 13 de junio estuvo ocupada por policías, un nutrido grupo avanzó hacia la Asamblea Nacional, ubicada a pocos metros. La marcha iba encabezada por mujeres. Sin embargo, los uniformados impidieron el paso.

Estos hechos se presentaron momentos después de que cientos de indígenas ocuparon a la fuerza una central eléctrica en el sur de Ecuador, en el marco de una protesta contra el gobierno por el costo de vida.

“Entraron aproximadamente 300 personas de varias comunidades indígenas y campesinas a las instalaciones de la subestación eléctrica Tisaleo”, en la provincia de Tungurahua (sur), dijo el ministro de Energía y Minas, Xavier Vera, en entrevista con Radio Platinum.

La toma ocurrió en la noche del miércoles, “al comienzo de forma pacífica”, pero luego “raptaron a los operadores” por negarse a suspender el servicio eléctrico, añadió.

Sin embargo, la planta consiguió mantener el fluido eléctrico en un ataque que pudo afectar a la ciudad de Guayaquil. Vera no precisó si la central seguía ocupada.

“Esto no es trivial, esto no es al azar. Yo creo que hay un trabajo de inteligencia macabra porque esta subestación es fundamental”, denunció el jefe de la cartera.

Mientras tanto, unos 10.000 indígenas venidos de sus territorios protestan día y noche en distintos puntos Quito con un abanico de reclamos sobre el elevado costo de vida.

Las movilizaciones, en su mayoría pacíficas, han dejado tres muertos, 92 heridos y 94 detenidos desde el 13 de junio, según la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos.

La Policía denuncia que durante la revuelta resultaron lesionados 117 efectivos y 28 retenidos, que fueron luego liberados.

Este jueves hay nuevas convocatorias de protestas para exigirle al Gobierno reducir los precios de los combustibles, ayudas con los créditos con la banca privada, entre otras medidas.

En una economía dolarizada donde los combustibles son subsidiados, el incremento de la gasolina encareció el costo de los fletes. Los indígenas alegan que sus productos agrícolas solo dejan pérdidas.

Pero la presión no ha doblegado al presidente derechista Guillermo Lasso, que considera los reclamos inviables.

Acosado y aislado por un reciente contagio de covid, el presidente se rehúsa a ceder en las condiciones que exigen los indígenas para sentarse a negociar.

Entre ellas, la derogación del estado de excepción que rige en seis de las 24 provincias y en la capital, con un robusto despliegue militar y toques de queda nocturnos.