La Segunda Guerra Mundial culminó hace más de 50 años pero sigue proyectando su sombra sobre los habitantes de las ciudades más afectadas. Es el caso de la capital británica, que la semana pasada tuvo que lidiar con un recuerdo dejado por los aviones alemanes en algún episodio de la ofensiva aérea con la que Hitler intentaba doblegar la voluntad de lucha del Reino Unido. Los servicios de tren entre la localidad de Reading y la estación londinense de Paddington tuvieron que ser suspendidos, mientras siete escuelas y 2.000 hogares fueron evacuados para desarmar una bomba de 1.000 kilos de explosivos encontrada en un lote. Afortunadamente los servicios de seguridad aún tienen especialistas en desactivar esas armas arqueológicas.