En el marco de las múltiples propuestas que han girado en el mundo frente a la necesidad de una reforma en el actual Consejo de Seguridad de la ONU, evidenciadas, según los expertos, en la imposibilidad de haber conseguido contener la explosión de la guerra en Ucrania, este domingo, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, manifestó su compromiso con abogar porque, en el marco de una eventual reforma al organismo, se configure el otorgamiento de una ‘silla permanente’ para algún país africano, advirtiendo que, actualmente, este continente (al igual que Oceanía), no cuenta con ese tipo de representación en el alto organismo.

El anuncio del Kishida se dio a conocer desde Túnez, al término de una cumbre Japón-África, advirtiendo que la inexistencia de una ‘silla permanente’ para África para algún país de ese continente hace parte de una ‘injusticia histórica’ que debe ser remediada, añadiendo a su vez que, el contexto en el que se creó la actual estructura de la ONU, y de sus instituciones, muchas veces no responde al sistema mundial actual.

En ese sentido, el dirigente de ese país asiático apuntó, según declaraciones recogidas por medios internacionales, que “para actuar de forma eficaz” y trabajar en pro de la paz y la seguridad en África, “es urgente poner remedio a la injusticia histórica”.

Sobre el plan de acción que traza Japón, o sus dirigentes para la consecución de la meta planteada en el marco de su compromiso con África, Japón estima que dicha propuesta será presentada en 2023, momento en el que el país asiático asuma su puesto como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, elegido para el periodo 2023 - 2024.

En ese sentido, el gobernante apuntó que es necesaria una reforma al órgano, lo que va en concordancia con otras opiniones expresadas en el pasado por otros Estados, que han afirmado la necesidad de que el Consejo de Seguridad expanda su cuota de miembros permanentes, con el objetivo de ejercer un mejor contrapeso, y restar el protagonismo y de algunos de los estados que hoy tienen el irrestricto derecho al veto.

La declaración fue conocida a través de una comunicación realizada en videoconferencia desde la ciudad de Tokio, en tanto el dirigente japonés no pudo desplazarse hasta África debido a la reciente detección de su caso positivo de covid-19.

En aquel espacio de cumbre, el país asiático se comprometió a la financiación de diversos programas desarrollados en África en procura de mejores condiciones de seguridad, y afianzamiento de la democracia. En total, Japón se comprometió a entregar 8,3 millones de dólares para la región.

Sobre la composición actual del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, es importante precisar que este está compuesto por 15 miembros de los cuales solamente cinco de ellos, Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Alemania, cuentan con es estatus de miembros permanentes del órgano, mientras que los otros 10 puestos son turnados, de forma rotatoria por los otros países que componen la institución internacional, quienes son elegidos a través de votaciones regionales, para efectuar su papel durante periodos de 2 años; no obstante, en muchos de los casos, los estados que llegan a ocupar una de las sillas no permanentes, no logran jugar un papel de peso en la entidad.

En ese contexto, los miembros permanentes también están dotados de beneficios adicionales, en tanto cuentan con el poder o derecho a veto, con lo que logran obstaculizar muchas de las resoluciones que buscan impulsarse en el marco del instrumento.

Precisamente, frente a ello, el pasado mes de abril, el reino de Liechtenstein, respaldado por Estados Unidos, convocó, en el seno de la Asamblea General de la ONU, a un espacio para discutir un proyecto de resolución que modificaría algunas de las facultades actuales del Consejo de Seguridad, para obligar a los Estados que hagan uso del derecho al veto, a ‘justificar’ su ejercicio.

El proyecto de Liechtenstein, copatrocinado por medio centenar de países entre ellos Estados Unidos, México y España, debería ser sometido a votación próximamente, según diplomáticos, y ha revivido en el marco de los obstáculos que han impuesto países como Rusia y China a la adopción de medidas más eficaces en el marco de la actual guerra en Ucrania.

Se estima que a la fecha, desde su creación a mediados de los años 40 del siglo pasado, el Consejo de seguridad o los proyectos de resolución discutidos allí han alcanzado cerca de 300 casos de veto.

* Con información de AFP