Desde la llegada de la covid-19 al mundo, los esfuerzos de los organismos de salud se han concentrado en el desarrollo de una vacuna que le ponga fin a esta enfermedad. En la actualidad, varias farmacéuticas ya tienen en circulación las vacunas desarrolladas, con las que, según la Universidad Johns Hopkins, se han aplicado más de 3.400 millones de dosis hasta la fecha.
Pese al desarrollo de estos biológicos y la puesta en marcha de los planes de vacunación a nivel mundial, el coronavirus ha venido mutando, gestando nuevas variantes, algunas con mayor impacto que otras. Las dudas sobre la efectividad de las vacunas frente a estas variantes y los rebrotes en países como Israel y Reino Unido –que avanzaron a pasos agigantados con la inmunización– han puesto en tela de juicio estos desarrollos.
La semana pasada Pfizer - BioNTech anunció que le pediría a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) la autorización para la aplicación de una tercera dosis de refuerzo de su vacuna contra la covid-19 para tener una mejor protección de cara a la enfermedad que ya ha cobrado la vida de más de 4 millones de personas en el mundo.
Al cabo de unas horas, el jueves en la noche, la FDA afirmó, mediante un comunicado que “los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una vacuna de refuerzo en este momento”. Agregó que tanto las agencias como los Institutos Nacionales de Salud están investigando “si podría ser necesario un refuerzo” de la vacuna.
Este domingo el exjefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos, el Dr. Scott Gottlieb, hizo énfasis sobre la urgencia de que se aprueben nuevos refuerzos de la vacuna contra la covid-19 en Estados Unidos y señaló que los datos que se tienen de Israel dan cuenta de que las personas que se vacunaron a finales del año pasado han sufrido una disminución en la eficacia del antídoto.
Gottlieb, en diálogo con Face the Nation de CBS News, afirmó que los datos que se tienen sobre la disminución de la eficacia de la vacuna en Israel tiene que ver, sobre todo, con los adultos mayores y con aquellos que recibieron la dosis en diciembre, mientras que en el caso de Estados Unidos, a los anteriores también se suman los residentes de hogares geriátricos y centros médicos que fueron vacunados en diciembre.
A lo anterior, el exjefe de la FDA afirmó que debe sumarse la vertiginosa propagación de la variante delta, la cual contiene cargas virales más altas que las conocidas en un principio con la llegada del SARS-CoV-2.
Para el Dr. Scott Gottlieb, quien hace parte de la junta directiva de Pfizer, la autorización de emergencia del refuerzo de la vacuna de Pfizer - BioNTech es un proceso que debe comenzar de inmediato con el fin de que las dosis que comprendan estos refuerzos estén listas para otoño.
Trayendo de ejemplo la puesta en marcha de refuerzos de la vacuna que han anunciado países como Reino Unido e Israel para personas mayores de 70 años y a las personas inmunodeprimidas, Gottlieb afirmó: “Estamos un poco atrasados aquí en los Estados Unidos”.
Para el médico es probable que la administración de Joe Biden no quiera aprobar el refuerzo de la vacuna, porque podría desanimar a las personas que hoy por hoy siguen dudando de la vacuna y provocaría una especie de rechazo entre este grupo poblacional.
Este lunes, la farmacéutica Pfizer llevará a cabo una reunión informativa con los funcionarios de salud de Estados Unidos en la que hablarán sobre su solicitud para que sea autorizado el refuerzo. Al respecto, el miembro de la junta directiva de la compañía cree que el proceso de aprobación de esa solicitud podría tomar meses.