El pasado sábado 4 de diciembre, la planta nuclear de Natanz en Irán registró una fuerte explosión en el cielo, consecuencia de una prueba de misiles de acuerdo con medios locales. De acuerdo con la Defensa Aérea de la región, las unidades de defensa aérea dispararon un misil para probar la fuerza de reacción rápida sobre la ciudad.
La explosión se dio en la localidad de Badrud dde Natanz a unos 20 kilómetros de la central Ahrmadi Roshan en la provincia de Isfahán. El ejercicio se realizó en un entorno completamente seguro y con total coordinación con la red de defensa integrada, de acuerdo con medios locales.
Luego de que se escuchara la explosión en el cielo iraní, el comandante de la Guardia de la Defensa aseguró que todo se estaba ejecutando en completa seguridad. Por otro lado, según el portavoz del ejército Shahin Taqí Janí, la explosión se dio por una prueba de misiles.
La explosión no causó ningún daño o víctimas. De acuerdo con miembros de la comisión de seguridad Nacional del Parlamento iraní, “es posible que el enemigo quiera influir en las #ConversacionesdeViena tomando medidas desconsideradas. Por lo tanto, esta preparación es muy necesaria, aunque el enemigo no se atreva a lanzar un ataque con drones”.
Cabe señalar que Estados Unidos arremetió contra Irán el pasado viernes, al afirmar que las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, entre el país islámico y las potencias mundiales, se habían atrasado, porque Teherán “no parece ser serio” sobre su retorno a la mesa.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió que Washington no permitirá que su adversario prolongue las conversaciones mientras continúa avanzando en su programa nuclear, y que tomará “otras opciones” si la diplomacia falla.
El reproche vino cuando los diplomáticos pausaron una séptima ronda de conversaciones internacionales sobre el acuerdo de 2015 destinado a frenar el programa nuclear iraní, con Estados Unidos y participantes europeos expresando preocupación tras cinco días de diálogo.
“Lo que hemos visto en los últimos días es que, en este momento, Irán no parece ser serio sobre hacer lo necesario para volver al cumplimiento, por lo que terminamos esta ronda de conversaciones en Viena”, declaró Blinken en una conferencia virtual de líderes mundiales.
“Pero la ventana es muy, muy estrecha, porque lo que no es aceptable y lo que no permitiremos que suceda, es que Irán trate de prolongar este proceso mientras continúa avanzando inexorablemente en la construcción de su programa”, apuntó.
La evaluación de Blinken fue replicada por el presidente estaounidense, Joe Biden, cuya portavoz, Jen Psaki, destacó que en las primeras seis rondas se habían hecho “progresos”, pero que “el enfoque de Irán esta semana, desafortunadamente, fue de no tratar de resolver los problemas restantes”.
La secretaria de prensa subrayó que Irán “comenzó esta nueva ronda de negociaciones con una nueva ronda de provocaciones nucleares”, reportadas por el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA).
Además, la funcionaria responsabilizó a la administración de Donald Trump, quien precedió a Biden, por haber extraído unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo firmado en 2015, moribundo desde esa retirada en 2018.
Trump restableció sanciones económicas contra Teherán y, en represalia, Irán rompió progresivamente sus compromisos. Esa retirada, dijo Psaki, condujo a una “expansión dramática y sin precedentes del programa nuclear de Irán”.
Biden ha afirmado que quiere volver al acuerdo, inicialmente suscrito por Irán y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania.
Con información de AFP.