Ante la noticia del empeoramiento de la salud de la reina Isabel II de Inglaterra, luego de que sus médicos personales anunciaran que permanecerá en su casa de Balmoral bajo estricta supervisión de especialistas —un anuncio que estuvo acompañado por una ola de viajes de sus familiares más cercanos para acompañarla—, ha tomado relevancia el llamado protocolo ‘Puente de Londres’.

Este se refiere a la forma, establecida por la misma Corona, en la que deben llevarse a cabo el anuncio y los funerales por la muerte del monarca británico, sea cual fuere el tiempo de su deceso.

El protocolo, que ha sido revelado, estipula que una de las primeras personas a las que sería informada la noticia es quien ocupe el cargo de primer ministro británico, cargo que ostenta la líder conservadora Liz Truss desde el pasado martes 6 de septiembre.

Ella sería informada a través de una llamada telefónica en la que le afirmarían, en clave: “El puente de Londres ha caído”, que indicaría el deceso de Isabel II.

En ese momento, el primer ministro dispondría la activación de los funerales reales, que partirían con la difusión de la noticia mediante una serie de correos privados, cuya redacción ya estaría establecida también.

Entre las personas destinatarias del mensaje estarían ministros del gabinete y algunos de los principales líderes de los territorios que forman parte del Reino.

En señal de luto, las banderas de las sedes de Gobierno deberán izarse a media asta en un tiempo no superior a los diez minutos.

Es un acto de luto que también deberá verse reflejado en todas las redes sociales oficiales del Reino Unido, incluidas las de la Casa Real, las cuales deberán ‘vestirse de luto’.

En ese sentido, este jueves 8 de septiembre ha llamado la atención que, aunque la noticia del empeoramiento de la salud de la reina se encuentra en desarrollo, la cadena de medios oficiales del Reino Unido, la BBC, ya dispuso el ajuste de sus logos. Ha cambiado su emblemático color rojo por el negro y ha dispuesto que sus presentadores luzcan de luto.

En ese sentido, la cadena pública británica dispuso la apertura de su señal a todo el mundo para que sea seguida la noticia. La programación ha sido suspendida y se ha centrado en un informe especial, estando incluso al frente de él su presentado oficial: Huw Edwards.

El protocolo prohíbe que se divulgue información, a través de las redes sociales oficiales, diferente al relacionado con la muerte de la reina, advirtiendo que tampoco se permiten los RT.

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Sobre el anuncio público de la muerte de la reina, este solo podrá ser informado una vez sea emitida una notificación oficial de parte de la Casa Real.

En ese momento, se espera que se conozca un pronunciamiento público del primer ministro, quien será el único funcionario público facultado para ello, advirtiendo que después de esto sí podrán hacerlo los demás.

El protocolo dispone que, tras conocer la muerte de la reina, los parlamentos de los territorios de Escocia, Gales e Irlanda del Norte deban cesar su actividad y realizar un acto de respeto póstumo, representado en el tradicional minuto de silencio.

A su vez, en medio del luto, Reino Unido presentará sus respetos a la reina fallecida a través del Ministerio de Defensa, que dispondrá el disparo de balas de salva.

El protocolo establece que, en la mayor brevedad, el primer ministro también adelante una reunión privada con la primera persona en la línea de sucesión al trono, en este caso, el príncipe Carlos, quien actualmente se encuentra en Balmoral en compañía de su madre.

El primer ministro también deberá acudir a una ceremonia íntima que se disponga en la catedral de San Pablo, incluso sin que el féretro real hubiese llegado a Londres, en caso de que el fallecimiento se origine fuera.

En el caso de que la reina muriese en Balmoral, residencia de descanso ubicada en Escocia, donde actualmente se encuentra, el protocolo indica que se desplegará la llamada operación ‘Unicornio’, que prevé que el cuerpo de la monarca sea trasladado en tren hacia Londres, donde será recibido por el primer ministro.

En caso de no poderse hacer por tren, la alternativa es el traslado en avión, operación que se conoce como ‘Overstudy’.

Además del pronunciamiento de la casa real a través del comunicado público, el protocolo, dispuesto por la misma reina Isabel, establece que su sucesor deberá dirigirse a la nación al comienzo de la noche y tan solo 16 horas después deberá tomar posesión del trono.

Tras tomar el trono, y aún en desarrollo de las honras fúnebres de la reina, el nuevo rey emprendería una gira por todo el Reino Unido.

Mientras tanto, en el llamado día ‘D+2′, el cuerpo de la reina deberá ir al palacio real de Buckingham, mientras que el día ‘D+5′ deberá ser llevado al palacio de Westminster, donde sería velada en cámara ardiente.

El funeral de estado está previsto, según el protocolo ‘Puente de Londres’, solo hasta el día ‘D+10′. Ese día se deberá declarar no laboral.

Sobre las honras fúnebres de Isabel II, ella ha dispuesto que el día que tenga que ocurrir, esta ceremonia sea realizada en la abadía de Westminster y su cuerpo se desplace al castillo de Windsor.