Las murallas que mandaron a construir hace cuatro siglos los antepasados de su esposo, los reyes de la casa de Austria, fueron el escenario del segundo tramo de la visita de cooperación de Letizia a La Heroica.
Como se recuerda, su majestad llegó al país el lunes para presenciar cómo se adelantan las labores de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
En compañía de la primera de la Nación, Verónica Alcocer, y el ministro de Cultura, Jorge Zorro, su majestad visitó primero la Escuela Taller de Cartagena, creada con el apoyo de Cooperación Española en 1992, en la cual se han formado unos 7.500 jóvenes.
Durante el tiempo que estuvo allí, Letizia volcó toda su atención en los estudiantes, con quienes conversó animadamente sobre las actividades que desarrollaban en clase en ese momento.
Así mismo, recorrió una exposición de fotografía que mostraba los trabajos realizados por los alumnos en áreas como pintura, cocina, jardinería, carpintería, soldadura, electricidad, albañilería y forja.
Pero quizá la mejor muestra de lo que aprenden los jóvenes en la Escuela Taller la presenció la reina en los trabajos de restauración que llevan a cabo actualmente en el baluarte de Santa Catalina, en inmediaciones del Parque de la Marina y que data de las primeras décadas del siglo XVII.
Mientras subía la rampa que da acceso a este tramo de la muralla, Letizia sonreía y miraba impactada el monumento. Allí, además de escuchar las explicaciones de los profesores y arquitectos, también charló con los estudiantes a medida que ellos seguían desarrollando sus labores con cementos, palustre y otras herramientas.
Luego, la reina se reunió con cooperantes españoles que trabajan en la ciudad.
En la mañana, Letizia había estado en el barrio Villa Hermosa, cerca de la zona industrial de Mamonal, conociendo los beneficios de un programa de agua potable y alcantarillado para esta comunidad, que antes debía trasladarse a grandes distancias para contar con el preciado líquido.
Luego, la primera dama brindó un almuerzo en su honor en la Casa del Marqués de Valdehoyos, mansión colonial que es sede alterna de la Cancillería en Cartagena.
Como siempre sucede en sus apariciones públicas, publicaciones españolas como El Mundo hicieron eco del look de la reina, pero la prenda más destacada fueron sus pantalones cargo, que están de moda.
Se trata de un modelo de la marca Stradivarius, que acompañó con botas de montaña de Panama Jack, sus favoritas, de acuerdo con la publicación.
Así mismo llevaba una sencilla camisa blanca, toda una pieza básica del vestuario femenino de hoy, y el chaleco rojo de Cooperación Española, el cual le ha costado comentarios no siempre favorables. Aun así, ella siempre lo lleva a sus viajes de cooperación, que ya son ocho con el de Colombia.
La agenda de la reina de España en el país continúa este miércoles en Cali, ciudad de la que ella seguro guarda gratos recuerdos, pues la visitó en 1994, cuando participó en un encuentro de estudiantes de periodismo cuando era alumna de la Universidad Complutense de Madrid.
Ahora, regresa como reina para ser testigo de cómo la cooperación española se suma a los esfuerzos de paz del país.
Allí se encontrará con un grupo de excombatientes de las Farc, que han formado una cooperativa de cultivo y venta de café, con los auspicios de la Unión Europea, la Agencia Nacional de Reincorporación y la Asociación Mesa Nacional del Café, además de la agencia española.
Luego, la reina estará en Escuela Taller de Jardinería, donde también tendrá oportunidad de conversar con los estudiantes.
Así, finalizará la agenda de la reina en Colombia, el octavo de sus viajes de cooperación, que también la han llevado a países como Honduras, El Salvador, Senegal, Mozambique, Haití y República Dominicana, entre otros.