El Gobierno británico, en cabeza del primer ministro Rishi Sunak, está en el radar de la Unión Europea (UE) por el plan con el que busca frenar el flujo irregular vía marítima, desde las costas francesas. A ‘capa y espada’, el Ejecutivo ha salido en defensa de su propuesta, que recrudece los intentos de los migrantes por tomar el Canal de la Mancha como ruta de llegada.

“Esta nueva ley enviará un mensaje claro: si viene ilegalmente a este país, será rápidamente expulsado”, dijo Sunak, al intentar cerrar las posibilidades de travesías no autorizadas en esa zona. Más de 45.000 personas, en su mayoría de Afganistán y Albania (aunque también iraníes, iraquíes y sirios), llegaron a suelo británico por esta vía durante 2022. En lo corrido de 2023, la cifra casi alcanza las 3.000.

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Como parte de la justificación para que se pueda poner en marcha esa iniciativa, la ministra del Interior, Suella Braverman, puntualizó: “Ante la crisis migratoria mundial, las leyes de ayer simplemente no son adecuadas”.

La funcionaria agregó que se había “ampliado los límites del derecho internacional”, pero sin rupturas. “Estoy segura de que el proyecto es compatible con nuestras obligaciones internacionales”, añadió.

La Unión Europea mantiene ‘cautela’

En medio de la controversia, la Unión Europea observa con cautela las restricciones a las que podrían estar sujetos los migrantes que arriben en pequeños botes; esto, dado que, según la comunidad política, el hecho de negar las solicitudes de asilo representaría un incumplimiento con las obligaciones internacionales.

“Mi reacción inmediata fue preguntarme si esto está en línea con las obligaciones internacionales. Ella (la ministra de asuntos internos británica) me prometió que sí lo está, así que esperemos que tenga razón, pero tenemos que examinarlo un poco más”, dijo la comisaria europea de Asuntos Internos, Ylva Johansson.

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Se prevé que este viernes 10 de marzo tenga lugar un encuentro entre el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron. El plan migratorio haría parte de la agenda, confirmó el titular de la cartera de Interior galo, Gérald Darmanin. Esa temática está en el radar de otros países como Austria.

El responsable del Ministerio del Interior en esa nación, Gerhard Karner, consideró que el plan británico era una muestra de cómo estaba creciendo la presión migratoria sobre Europa. En el continente “tenemos que centrarnos en nuestros controles”, aseguró.

Recientemente, la británica Braverman comentó a ITV News que había instado a la portavoz de la UE para analizar, con mayor profundidad, la iniciativa. Sin embargo, hizo hincapié en que, tras el Brexit, “somos libres de determinar nuestras propias fronteras y política migratoria”.

La ONU hizo este llamado

Por su parte, las Naciones Unidas tildaron el proyecto de ley sobre la inmigración ilegal como “el fin del derecho de asilo” y exhortaron a Londres para que se encamine por soluciones “más humanas”. En ese sentido, el organismo se centró en la situación de aquellos que huyen de la guerra en lugares como Afganistán o Siria.

“La legislación, si se aprueba, equivaldría a una prohibición de asilo, extinguiendo el derecho a solicitar protección como refugiado para aquellos que llegan de forma irregular, sin importar lo genuina y convincente que pueda ser su solicitud”, apuntó la Oficina de la ONU para los refugiados (Acnur) en un comunicado.

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El primer ministro, Rishi Sunak, se comprometió a “recuperar el control de nuestras fronteras de una vez por todas” a través del arresto y deportación de cualquier migrante que sea encontrado atravesando el Canal de la Mancha en las pequeñas embarcaciones con las que usualmente tienen lugar los trayectos. Las medidas buscan poner fin tanto a la circulación irregular como al negocio de los traficantes.

*Con información de AFP.