El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este domingo su renuncia minutos después de que las Fuerzas Armadas le "sugirieran" que dejara el gobierno: "Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia", le dijo el general Williams Kaliman para desbloquear la crisis política que vive ese país desde las polémicas elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre. “Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales en una intervención que hizo por televisión, aludiendo a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los comicios. Después del anuncio, las calles de La Paz se convirtieron en un carnaval, con el estallido de petardos y miles de manifestantes ondeando banderas tricolores bolivianas (rojo, amarillo y verde). Morales, de 60 años y en el poder desde 2006, había ganado la reelección en las cuestionadas elecciones de octubre, pero la misión de auditoría de la OEA detectó numerosas irregularidades, en un informe divulgado que terminó por sacarlo del cargo.

El declive La debacle de Morales empezó la noche de las elecciones. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió de forma inesperada el conteo rápido con el 83 por ciento de la votación. Para ese momento la tendencia indicaba que iba a haber segunda vuelta entre Morales y el candidato opositor, Carlos Mesa. Sin embargo, al día siguiente, se reactivó el conteo con un 95 por ciento de avance y con Morales ganando en primera vuelta por un estrecho margen. Este hecho por supuesto generó sospechas y llevaron a la oposición a decir que hubo un "fraude descarado". Incluso las misiones de observación de la OEA y la Unión Europea pidieron que hubiera segunda vuelta. A pesar de las críticas, Morales insistió en su victoria y, en respuesta a las manifestaciones de la oposición, llamó a sus seguidores a "defender la democracia" en las calles y frenar un "golpe de Estado". Sin embargo, tras varias semanas de protestas finalmente tuvo que renunciar. 

¿Por qué renunció? 1) Auditoria de la OEA: Ante la interrupción de las votaciones, la propia OEA pidió que se revisara el conteo por sospechas y falta de transparencia. Después de una auditoria, la OEA determinó que era estadísticamente improbable que Morales hubiese ganado por el margen de 10 por ciento que necesitaba para evitar una segunda ronda electoral. La auditoría del organismo internacional también encontró actas físicas con alteraciones y firmas falsificadas. En el informe de 13 páginas se señala que en muchos casos no se respetó la cadena de custodia de las actas y que hubo manipulación de datos. 2) Parte de las Fuerzas Armadas en su contra: Cuando estaban a punto de cumplirse tres semanas de violencia en las calles, comenzó a extenderse por el país un "motín policial". Los agentes de diversas unidades, primero en Cochabamba (centro) y luego en todas las capitales departamentales, comenzaron a declararse en rebeldía uniéndose así a las protestas contra el gobierno. La insurrección de los policías fue atribuida a las condiciones precarias en las que se encuentra la tropa en comparación a los privilegios de los militares, además del rechazo a continuar acciones represivas contra la población movilizada en las calles.

3) Protestas masivas: Con huelgas y paros por todo el país, Bolivia se convirtió en una gran batalla campal entre partidarios del presidente y sus detractores. Pero a diferencia de las crisis políticas que vivió el país durante el mandato de Morales, las protestas se hicieron fuertes esta vez en la ciudad de La Paz, otrora uno de los bastiones de Evo. 4) Oposición inconforme: Los opositores ya no se conforman ni siquiera con la renuncia de Morales. Exigen que también dimita todo su gobierno, senadores y diputados, además de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y el Tribunal Constitucional. Con esto el país quedaría en manos de una junta de notables para que esta e designe un nuevo TSE que celebre nuevas elecciones en un plazo de 60 días. 5) Demasiado tiempo en el poder Con información BBC/AFP/DW.