Los presos de la cárcel regional de Guayas, en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, han realizado este miércoles por la noche un motín en contra de la intervención de las fuerzas de seguridad en las penitenciarías, tal y como decreta el estado de excepción firmado a principios de año por el presidente de Daniel Noboa.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) ha señalado que “los hechos se deben a una revuelta interna por parte de un grupo de personas privadas de libertad”.
“El perímetro del centro penitenciario está controlado y se ha retomado el control con éxito en un 80 por ciento”, ha indicado, a través de un comunicado en el que indica que “ante los incidentes suscitados” ha activado “todos los protocolos de seguridad diseñados para neutralizar la situación”.
No obstante, las autoridades no han mencionado por el momento ningún balance de víctimas -por lo que se desconoce si hay fallecidos o heridos- ni sobre agentes retenidos por parte de los presos amotinados.
Fuentes de Inteligencia consultadas por el periódico ecuatoriano ‘Primicias’ indicaron que a diferencia de casos anteriores el motín no incluye un enfrentamiento entre bandas, sino que se debe a su oposición a la intervención estatal.
La Autoridad de Tránsito del Municipio de Guayaquil ha comunicado que el tráfico ha sido cerrado a través de la vía que conecta Guayaquil con Daule, en las inmediaciones de la prisión, por un “procedimiento policial”.
Estos hechos ocurrieron en la misma cárcel de la que huyó el jefe de Los Choneros, Adolfo Villamar Macías, alias ‘Fito’. Su huida desembocó en revueltas en prisiones y violencia en las calles, lo que llevó al Gobierno de Noboa a declarar la existencia de un conflicto armado interno.
El sistema penitenciario de Ecuador ha sido uno de los focos recurrentes de violencia en la escalada de inseguridad que vive el país sudamericano, fruto de un aumento de la actividad de grupos armados y de combates entre las propias bandas.
Sucesión de motines
Horas antes, la ministra de Gobierno Mónica Palencia declaró al canal Teleamazonas que “las fuerzas armadas están en total control en más de 10 centros penitenciarios” y mantienen el control en zona primaria de otras instalaciones.
A partir de 2021, los grupos criminales desataron una ola de violencia en Ecuador que se extendió desde las cárceles, donde se produjeron reiterados motines que solían terminar con brutales masacres, hacia la sociedad con delitos como asesinatos secuestros y extorsiones que mantienen en vilo a la población civil.
Después de que dos prominentes cabecillas de bandas delictivas escaparon de prisión a principios de diciembre y de que un grupo de hombres armados tomó un canal de televisión durante un programa en vivo, el presidente Noboa decretó el estado de excepción que restringe algunos derechos con el fin de hacer frente a la violencia que azota al país. Inmediatamente después, el mandatario decretó el estado de conflicto armado interno con el objetivo de permitir la acción conjunta de militares y policías en contra de las organizaciones criminales.
En abril de 2023, 12 reclusos murieron durante los disturbios que se registraron en una cárcel de Cuenca. En julio del mismo año, otros 31 presos fueron asesinados en la Penitenciaría del Litoral —la más peligrosa del país— donde meses después fueron asesinados seis vinculados al magnicidio del excandidato presidencial Fernando Villavicencio.
Desde 2021 se han registrado más de una decena de violentos enfrentamientos en las cárceles del país, los cuales han dejado cerca de medio millar de reclusos asesinados.
Con información de Europa Press y AP