Socorristas intentaban este martes encontrar sobrevivientes entre decenas de desaparecidos en una región costera del sureste de Brasil, donde lluvias récord provocaron deslaves que dejaron al menos 46 muertos el fin de semana. “Los trabajos de búsqueda y salvamento siguen de manera ininterrumpida” desde el lunes, luego de que ríos de lodo, piedras y árboles arrasaron con precarias casas construidas en laderas, señaló la gobernación del estado de São Paulo en una nota.

Más de 680 milímetros de lluvias cayeron en 24 horas en Sao Sebastiao, un destino playero ubicado a unos 200 km de la ciudad de São Paulo. Es el mayor acumulado en la historia de Brasil, según el gobierno del estado. El clima adverso dificultó las tareas de búsqueda el martes, con nuevas lluvias castigando la región que ya presentaba un suelo “muy húmedo y resbaladizo”, dijo a la AFP Tarcísio de Freitas, gobernador de São Paulo, quien llegó en helicóptero al área afectada.

El Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemadem) emitió la tarde del martes un alerta por riesgo de más deslizamientos en el litoral norte de São Paulo. La entidad apuntó como “muy alta” la posibilidad de “nuevas rupturas y deslizamientos” debido a la humedad del suelo y a la previsión de más precipitaciones para las próximas horas, en un alerta que rige hasta el miércoles.

Lula Da Silva llegando a Sao Sebastiao en Sao Paulo. Foto: Reuters. | Foto: REUTERS

Cerca de mil rescatistas, dotados con 50 coches, 14 helicópteros y 53 equipos de ingeniería trabajaron en la región afectada. Al entrar la noche del martes, la gobernación elevó el balance de muertos de 44 a 46. Del total, 45 decesos se produjeron en Sao Sebastiao y el restante en el balneario de Ubatuba. “No sabemos hasta qué número de muertos llegaremos. Puede ser que encontremos cuerpos donde no imaginamos”, dijo de Freitas, poco antes de que se oficializara el balance.

Oficialmente, 38 personas aún permanecían desaparecidas, cifra que probablemente empujará el número total de víctimas fatales a más de 70, según el gobernador. Las autoridades informaron que 1.730 personas han sido desalojadas, mientras que otras 766 quedaron sin hogar en todo el estado.

En un hospital de la región fueron atendidas 25 personas, incluyendo seis niños; siete permanecían en estado grave. Mientras, las autoridades municipales anunciaron la instalación de una tienda en el centro histórico de Sao Sebastiao para realizar un velorio colectivo de las víctimas.

Según informes oficiales, al menos 36 personas siguen desaparecidas en Sao Sebastiao, Brasil. Foto: Reuters. | Foto: Reuters.

Turistas evacuados

Vecinos, en su mayoría con botas, expulsaban lodo de los umbrales de sus casas con palas y azadas, cerca de maquinaria pesada que recogía escombros, constató la AFP.

Pobladores en Vila Sahy, en la playa de Barra do Sahy, una de las áreas más afectadas de Sao Sebastiao, colaboraban con rescatistas. Cortaban árboles, removían piedras y quitaban lodo con palas para intentar rescatar cuerpos, guiados por perros de la guardia civil. “Es un escenario de guerra. Faltan muchas personas, estamos buscando a 13 personas”, dijo el gerente de ventas Daniel de Oliveira, de 21 años, quien estaba paleando barro, al lado de un auto con lodo hasta las ventanillas y una moto casi completamente enterrada.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobrevoló el lunes la zona vacacional convertida en área de desastre, y advirtió sobre el peligro del urbanismo improvisado. En Brasil, 9,5 millones de personas viven en áreas de riesgo por deslizamiento o inundación, según cifras oficiales.

El asueto de carnaval había convocado a miles de turistas a visitar las localidades playeras. Ahora, mientras las primeras donaciones llegan a las zonas afectadas, las autoridades han exhortado a los visitantes a abandonar el litoral paulista. Pero con algunas rutas aún bloqueadas por los deslaves, varias personas fueron evacuadas en barco, mientras continuaba un tráfico intenso de helicópteros que iban y volvían de las zonas más afectadas.

Cargando con sus pocas pertenencias, los evacuados desembarcaban en otra parte de la costa, mientras a poca distancia muchos bañistas disfrutaban de un día de playa. Como Vitória Pereira, 19 años, actriz, que esperaba en la arena junto a una pila de valijas.

Las personas tuvieron que trasladarse de sus casas y de la zona, luego de los peligrosos deslizamientos. Foto: Reuters. | Foto: Foto: Reuters.

Pereira había llegado a la playa da Baleia, una de las que integra Sao Sebastiao, junto con sus padres y su hermana. El martes abandonaba de forma inesperada lo que sería un tiempo de descanso. “Estoy muy nerviosa, es muy triste esta tragedia, ver lo que está pasando. Nuestro auto quedó acá”, dijo esta joven, de cabello castaño y ojos claros, que vive en la ciudad de São Paulo. Otros pagaban hasta 30.000 reales (unos 6.000 dólares) por un vuelo en helicóptero para dejar el lugar, según medios locales.

Brasil sufre fenómenos extremos frecuentes, y los científicos no descartan un vínculo con los efectos del cambio climático. En 2022, otro fuerte temporal dejó 241 muertos en la ciudad de Petrópolis, en Río de Janeiro.