Estados Unidos nunca había recurrido tanto a sus reservas de petróleo: Joe Biden anunció el martes una “gran iniciativa” para reducir su precio, y por tanto el de la gasolina, con la esperanza de convencer a los estadounidenses de que él es el presidente de la clase media.

Antes de que sus compatriotas tomen las carreteras para disfrutar de la fiesta familiar de Acción de Gracias, que cae el jueves, el líder demócrata lanzó la iniciativa que el mercado llevaba tiempo rumoreando: liberará 50 millones de barriles de las reservas estratégicas de petróleo, la mayor cantidad jamás extraída.

“Estamos lanzando una gran iniciativa”, dijo el presidente estadounidense en un discurso, con un telón de fondo de fotografías de gasolineras. Esta decisión “no hará caer los precios de la noche a la mañana”, pero “marcará la diferencia”, prometió desde la Casa Blanca.

President Joe Biden speaks during a news conference at the conclusion of the G20 leaders summit, Sunday, Oct. 31, 2021, in Rome. (AP Photo/Evan Vucci) | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved

Joe Biden también acusó a las grandes petroleras de ser en parte responsables de los altos precios de la gasolina. “El precio de la gasolina en el mercado mayorista ha bajado alrededor de un 10% en los últimos años, pero el precio en el surtidor no se ha movido ni un céntimo”, dijo.

“En otras palabras, las empresas de suministro de gasolina están pagando menos y ganando mucho más”, dijo, acusando a las empresas de “embolsarse la diferencia” entre los precios al por mayor y al por menor. “Esto es inaceptable”, añadió el presidente estadounidense.

Barriles enterrados

Las reservas de Estados Unidos están almacenadas en locaciones subterráneas de Luisiana y Texas, que contienen 609 millones de barriles, según el Departamento de Energía. Se han utilizado cuando grandes huracanes afectaron el Golfo de México, crucial para la producción petrolera, o en respuesta a crisis internacionales.

Joe Biden no sólo recurre a estas reservas para corregir los precios, sino que dice que lo hace en coordinación con otros grandes consumidores de oro negro, lo cual es algo que no tiene precedentes.

Para la ocasión, Washington y Pekín dejaron de lado su rivalidad: Estados Unidos anunció que China se sumaba a la iniciativa, al igual que India, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido, pero sin dar muchos detalles.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que Estados Unidos había mantenido “discusiones con estos países”, que “ya habían anunciado” que liberarían parte de sus reservas, o que planeaban hacerlo.

Una de las principales figuras del bando republicano, el senador Lindsey Graham, denunció en un comunicado de prensa el “abuso” de estas reservas, que, según dijo, estaban destinadas a “emergencias”.

El tema es políticamente candente, sobre todo para Joe Biden, cuyo principal objetivo es facilitar la vida a la clase media, desanimada por la globalización y la pandemia del covid-19. El presidente quiere despertar el sueño americano de riqueza material para todos, para demostrar la superioridad del modelo democrático sobre las dictaduras.

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Estabilizar el mercado

Según un alto funcionario estadounidense, la liberación de las reservas comenzará entre mediados y fines de diciembre, y es posible que se produzcan nuevas intervenciones para estabilizar el mercado, en respuesta a la pandemia.

El precio medio del galón de gasolina (3,78 litros) subió a 3,41 dólares frente a 2,12 dólares hace un año, según la asociación estadounidense de automovilistas AAA. La cota de 4 dólares es problemática para los consumidores, según expertos.

“El objetivo del gobierno es encontrar un equilibrio (...) y, claramente, un barril a 80 dólares es considerado demasiado alto por Estados Unidos”, resumió James Williams, de WTRG Economics.

Los 50 millones de barriles representan una fracción del consumo anual estadounidense, si se considera que la demanda es de 19,5 millones de barriles diarios: son “tres días de demanda de las refinerías”, sostuvo Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.

AFP