En una época normal, los atletas y Dobrynska, que es ahora vicepresidenta de la Federación Ucraniana de Atletismo y tiene 41 años, habrían despertado en Budapest, este jueves, festejando el Día de la Independencia de su país.
Sin embargo, ese día, que conmemora la liberación de Ucrania respecto a la Unión Soviética en 1991, ha pasado por segundo año a un plano muy secundario por la presencia de tropas rusas en su territorio y el conflicto en curso.
“Lo único que piensa la gente es en la guerra”, explica Dobrynska. “Pero por un minuto, o lo que dure, los atletas que compiten en sus pruebas se olvidan de todo y tratan de conseguir algo especial para el pueblo ucraniano”, afirmó. El equipo de atletismo de Ucrania, que todavía no logra medallas en Budapest-2023, tuvo la oportunidad de preparar este evento en una concentración en Eslovaquia.
Sin embargo, Dobrynska señaló que aquellos atletas que han estado entrenando en Ucrania, desde la invasión de febrero de 2022, han visto marcado irremediablemente su día a día por lo que ocurre. “Para los atletas han sido momentos muy duros”, afirmó.
“Para aquellos que entrenan en Ucrania, como Anna Ryzhkova [400 metros vallas], las sirenas comenzaban a sonar y tenían que ir de repente al refugio. Luego, tenía que volver al entrenamiento y a veces la espera duraba cuatro o cinco horas”, explicó.
Dobrynska contó también que la velocista Tetyana Melnik le dijo que tenía sueño mientras entrenaba “porque las sirenas pueden sonar toda la noche”. “Las sirenas le despiertan y entonces tiene que ir a un lugar seguro. Luego, va al entrenamiento y le dice a su preparador que quiere entrenar, pero que siente que no puede”, lamenta.
El entrenador, Oleksi Serdiuchenko, declaró por su parte a la AFP que puede parecer extraño que atletas sigan preparándose en un país en guerra, pero subrayó lo doloroso que resulta para algunos alejarse de sus seres queridos.
“Mentalmente es algo muy duro”, dice. “Varios atletas y entrenadores decidieron quedarse en Ucrania y prepararse allí, porque es muy duro estar alejado de tu familia, tus amigos, tu casa”, subraya.
Tetyana Melnik aprovechaba su tiempo libre para preparar varenikis [empanadas típicas de la cocina ucraniana] y dárselas a los soldados de su país. Hacía tantos que “luego no podía sentir las manos”, dice Dobrynska.
El dilema de irse o quedarse
La guerra es algo con lo que los ucranianos han tenido que aprender a convivir a su pesar.“Si conoces a gente que ha muerto o que ha perdido un hijo o una hija, eso es lo peor. Conocemos a mucha gente que murió en esta guerra, 340 atletas y entrenadores”, explicó la exheptatleta.
Serdiuchenko, que como atleta competía en salto largo, ha perdido por ejemplo a un compañero de entrenamiento, Dmytro Pidopryhora, que murió cerca de Bajmut. Serdiuchenko decidió quedarse en Ucrania, pero Dobrynska dejó el país por sus “tres hijos pequeños”. “Siento que debo cuidarlos”, dice.
En el deporte, la cuestión de la presencia de rusos y bielorrusos en las competiciones internacionales centra el debate en los últimos meses, pensando en los Juegos Olímpicos de París-2024. El atletismo sigue excluyéndoles y es uno de los deportes más firmes al respecto, a pesar de la recomendación del Comité Olímpico Internacional (COI) de abrir vías para una reintegración bajo bandera neutral y bajo una serie de condiciones.
Dobrynska, que la semana pasada fue elegida integrante del Consejo de la Federación Internacional (World Athletics), aplaude la “postura firme” de su deporte. Hay un episodio en la vida de la exatleta que dice haberle enseñado. En 2012 fue candidata parlamentaria por el prorruso Partido de las Regiones.
“Era muy joven, no tenía mucha experiencia”, dice ahora con una sonrisa. “Fue mi pequeño error, pero una buena experiencia para lo que está pasando ahora. Gracias a eso entiendo mejor las cosas”, asegura.
*Con información de AFP.