El G20, un foro que aglutina a las principales economías del mundo y que conjuntamente representan aproximadamente el 85 % de la economía global, así como una proporción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, se encuentra programado para llevar a cabo su reunión anual este fin de semana en la vibrante ciudad de Nueva Delhi.
Este evento crucial en la arena internacional se produce en un momento de notables ausencias, ya que los líderes de dos de las naciones más influyentes, el presidente chino Xi Jinping y el presidente ruso Vladimir Putin, han optado por no participar. Sus notables ausencias arrojan sombras sobre la cumbre, exacerbando las ya existentes tensiones geopolíticas en el escenario mundial.
Para Simon Stiell, el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), las soluciones tecnológicas están al alcance de la mano para frenar el calentamiento global. Pero la geopolítica es un “factor limitante”, declaró en una entrevista con la AFP durante la Cumbre Africana sobre el Clima.
En esta reunión celebrada en Nairobi, la capital de Kenia, los líderes africanos pidieron un aumento sustancial de la inversión en energías renovables en el continente, una reforma del sistema financiero internacional y un mayor apoyo a los países en desarrollo, los más afectados por el cambio climático.
La cumbre del G20 es parte de un ciclo de cuatro meses de importantes negociaciones sobre el calentamiento global, que culminará con una conferencia de la ONU (COP28) en Dubái en noviembre. Para Stiell las declaraciones de los países del G20 en vísperas de su reunión no están a la altura.
“Los comunicados emitidos están lamentablemente inadaptados, y no abordan las cuestiones críticas que deben afrontar esos 20 países”, lamenta. “Todavía hay intentos de eludir y obstruir estas cuestiones clave”, asegura.
Enviar una señal
El pasado julio, los ministros de Energía del G20 fueron incapaces de acordar una hoja de ruta sobre la eliminación progresiva del uso de energías fósiles. La cumbre del G20 en India tendrá lugar justo cuando los países esperan los primeros balances oficiales sobre sus avances respecto a los objetivos acordados en París en 2015.
En el marco de aquel acuerdo, cerca de 200 naciones se comprometieron a limitar el calentamiento global por debajo de 2 ºC en el año 2100 respecto a la era preindustrial, y de preferencia a 1,5 ºC.
Dichos balances reiterarán previsiblemente muchas de las conclusiones desastrosas de una serie de informes de la ONU sobre el clima publicados últimamente, y que apuntan a la insuficiencia de la respuesta colectiva al problema. “Hay trabajo que hacer a todos los niveles”, apunta Stiell, enfatizando que “la carga de la respuesta recae sobre 20 países”.
En este contexto tan crucial para la preservación de nuestro planeta, el responsable de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha hecho un llamado apremiante a los líderes que conforman el G20. En sus palabras, insta a estos líderes a realizar una introspección profunda y crítica acerca de sus acciones pasadas y presentes, al tiempo que les hace un llamado urgente para que emitan una señal inequívoca y contundente respecto a sus compromisos en la lucha contra el cambio climático.
Los expertos del clima en la ONU, que han estado monitoreando de cerca la situación ambiental global, han presentado una exigencia inequívoca: la necesidad imperante de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un impresionante 43 % durante la presente década. Este objetivo es crucial para evitar consecuencias aún más devastadoras del cambio climático, como fenómenos climáticos extremos, la subida del nivel del mar y la pérdida de biodiversidad.
*Con información de AFP.