Desde el domingo 2 de abril en Nicaragua se dio el inicio a la Semana Santa por parte de la Iglesia católica, pese a las prohibiciones que el presidente Daniel Ortega emitió y con las que indicó que no se podrá hacer procesiones en las calles durante estos días de gran importancia para los feligreses.

Sin embargo, durante el Domingo de Ramos se hizo la apertura de la Semana Mayor en la capital de Nicaragua, Managua. Las restricciones que afectan a la religión católica se dieron desde febrero, pues Ortega, mediante la Policía Nacional, prohibió la práctica de sacar santos a las calles, en plenos inicios de la preparación espiritual para la Pascua o Cuaresma.

Esta orden, de tipo nacional, se dio luego de que el mandatario calificó como una “mafia” a los sacerdotes y demás personas que ejercen un rol representativo en la iglesia, incluyendo el papa Francisco.

Es decir, semanas atrás, lo único que se pudo realizar fue el viacrucis, pero este tubo que ser dentro de los templos religiosos sin exponerse en el espacio público. Para el Domingo de Ramos pasó lo mismo, puesto que las manifestaciones se tuvieron que dar en las parroquias como tal.

Daniel Ortega está en la presidencia desde enero de 2007, es decir, desde hace más de 16 años en el poder. | Foto: Con derechos gestionados de Getty Images

Ante todo lo que ha venido ocurriendo, en Nicaragua se compartió la programación para la Semana Mayor, donde las procesiones, efectivamente, no podrán llevarse a las afueras de las parroquias, como es tradicional para estas fechas.

En efecto, el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos se pronunció al respecto, mediante redes sociales, calificando y denunciando violación a la libertad religiosa por las restricciones en el país.

Cruz de madera sobre hojas de palma, Domingo de Ramos. Esto fue filmado en Jerusalén, Israel, las hojas de palma son autóctonas de Tierra Santa. | Foto: stevenallan

“La prohibición de procesiones de cuaresma y Semana Santa en Nicaragua son una flagrante violación a la libertad de conciencia, religión y libertad de expresión”, indicó en las plataformas digitales la organización no gubernamental nicaragüense.

“Este año, sin procesiones a nivel nacional, la Semana Santa estará incompleta, mutilada, faltará el cuerpo de la participación popular, pero ante tanta represión el fervor del pueblo debe resistir y fortalecerse... Más temprano que tarde los nicaragüenses volverán a salir en procesiones y en libertad”, agregó el mencionado centro que defiende los derechos humanos.

Pese a posibles intentos de que el panorama cambie durante estos días, se prevé que no se dará el permiso por asuntos de seguridad. De acuerdo con recopilaciones de Aciprensa, el monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua que vive exiliado en Estados Unidos, lamentó esta nueva prohibición de la dictadura de Ortega.

Por su parte, no hay que dejar de lado que el papa Francisco llamó a este Gobierno como una “dictadura grosera”. Cabe recordar que Daniel Ortega está en la presidencia desde enero de 2007, es decir, desde hace más de 16 años en el poder.

“Dictadura grosera”

Semanas atrás, el papa Francisco calificó a Nicaragua de “dictadura grosera” y declaró que el presidente Daniel Ortega tiene un “desequilibrio”. Las declaraciones del pontífice se produjeron apenas unos días después de que el Gobierno del país centroamericano decidió cerrar dos universidades vinculadas a la iglesia católica.

“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige”, dijo Francisco en una entrevista al diario argentino en Infobae, refiriéndose a Ortega, reelegido sucesivamente en cuestionados comicios.

Hace un tiempo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lanzó nuevas acusaciones contra la iglesia católica. | Foto: AFP (izquierda); AFP / Andreas Solaro (derecha)

En la entrevista, el papa argentino hizo referencia, sin nombrarlo, al obispo católico Rolando Álvarez, condenado en febrero a 26 años de prisión por, entre otros cargos, menoscabo a la integridad nacional. “Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, manifestó.

El obispo de Matagalpa, de 56 años, estaba detenido desde agosto por conspiración y rechazó ser deportado a Estados Unidos con otros 222 opositores excarcelados y expulsados del país por ser “traidores a la patria”.

*Con información de Europa Press.