Reconocido por medio centenar de gobiernos como presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó y el vicepresidente estadounidense Mike Pence participan en la crucial cita del Grupo de Lima, una alianza de 13 Estados latinoamericanos y Canadá. Todas las cartas están sobre la mesa y con ese mensaje llegarán a la reunión de altos representantes, que comenzará a las nueve de la mañana, no solo Estados Unidos, sino también Guaidó. Guaidó, jefe del Parlamento venezolano que está en Colombia desde el viernes, pidió "dejar abiertas todas las opciones" contra Maduro luego de la frustrada operación del fin de semana que buscaba llevar asistencia básica a los venezolanos golpeados por la escasez de alimentos y medicinas, y que derivó en violentos disturbios. Le recomendamos: Estados Unidos condena la violencia en Venezuela y promete "tomar acciones" Los camiones con la asistencia donada principalmente por Estados Unidos tuvieron que replegarse y volver a Cúcuta ante el bloqueo de las fuerzas chavistas. Dos personas murieron y cientos quedaron heridas en los límites de Venezuela con Colombia y Brasil. Durante los disturbios dos camiones con insumos fueron incinerados. "Vimos un crimen sin precedentes", declaró Guaidó a su llegada el domingo a Bogotá, mientras el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, aseguró que los días de Maduro "están contados". Por su parte, el chavismo, que ha alertado sobre los planes de Estados Unidos para lanzar una invasión militar con el pretexto de la ayuda humanitaria, celebró la víspera el fracaso de la operación en un mitín encabezado por el poderoso dirigente Diosdado Cabello. ¿Intervención a la vista? En medio de los continuos estallidos de violencia en las zonas limítrofes de Venezuela, cobra fuerza la opción radical contra Maduro, quien cuenta con el apoyo de Rusia y Cuba. "Vamos a presentar posiciones firmes que signifiquen una escalada en medidas diplomáticas, políticas y de uso de la fuerza", dijo el parlamentario Julio Borges, enlace de Guaidó con el Grupo de Lima. Análisis: Solo hubo perdedores el sábado en Venezuela Con lo ocurrido el sábado "se configuró un escenario donde podría haber una intervención de fuerza", señaló Laura Gil, politóloga internacionalista. Según Gil, la oposición venezolana se anotaba un triunfo si lograba pasar la ayuda, pero "ganaba todavía más si Maduro incrementaba la represión, como lo hizo". Así, la salida a la crisis empieza a girar en torno al discurso "de que aquí la única manera es el uso de la fuerza". También "ganó Estados Unidos, porque de la única manera que podría justificar un uso de la fuerza, si estuviera dispuesto a hacerlo, es por invitación", añadió. No obstante, el internacionalista Rafael Piñeros consideró que Guaidó salió "debilitado" del pulso por el ingreso de la ayuda humanitaria. Colombia, entretanto, pretende reforzar la figura de Guaidó y sus alternativas para salir de Maduro, quien a su vez se aferra cada vez más a los militares. "El legítimo gobierno de Venezuela se integra formalmente al Grupo de Lima", anticipó Iván Duque. La alianza se reunió por última vez el 4 de febrero en Ottawa. Entonces, 11 naciones pidieron un cambio pacífico de gobierno, llamaron a los militares a reconocer a Guaidó y permitir la entrada de ayuda. Tres de los integrantes del Grupo de Lima -México, Guyana y Santa Lucía- no reconocen a Guaidó. "En el Grupo de Lima, el consenso es que hay que sacar a Maduro, pero no hay consenso en el cómo", agregó Gil. Puede interesarle: Relaciones Colombia-Venezuela: como perros y gatos Tensión en fronteras Tras los enfrentamientos del fin de semana, la tensión no cede en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, cerradas por orden de Maduro. El domingo manifestantes encapuchados y fuerzas estatales libraron esporádicos choques en el lado venezolano de los límites con Colombia, donde grupos armados irregulares conocidos como colectivos siembran el terror. Docenas de venezolanos que habían cruzado para participar en la caravana que pretendía llevar ayuda quedaron represados. Bogotá también dispuso un cierre temporal que termina la noche de este lunes para evaluar los daños dejados por los disturbios. Mientras, militares brasileños montaron un cordón en Paracaima tras reyertas entre manifestantes y uniformados venezolanos en la línea fronteriza. Le sugerimos: “La orden es masacrar al pueblo”: Desertor de la Guardia Nacional Bolivariana Tres sargentos de la Guardia Nacional Bolivariana, que estaban destacados en el puesto de control fronterizo, desertaron y llegaron a Pacaraima para pedir refugio. Dos de ellos cruzaron la frontera durante los incidentes del sábado, sumándose a los 156 que huyeron hacia Colombia. Venezuela tiene unos 365.000 efectivos y 1,6 millones de milicianos civiles. Pese a la fuerte presión, la cúpula militar se mantiene leal a Maduro. La situación en Venezuela acapara la atención internacional. Desde el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hasta la Unión Europea condenaron la violencia. Oposición advierte con endurecer presiones Cientos de rocas, basura y vallas destruidas y esparcidas por el suelo, así como dos camiones de carga atravesados en la vía liberando humo, fueron los vestigios el domingo de una batalla que se libró en uno de los puentes fronterizos entre Venezuela y Colombia, que dejó casi 300 heridos, durante un intento de la oposición venezolana para ingresar ayuda humanitaria. Después del revés que recibió la iniciativa, la oposición amenazó con “todas las opciones”, incluida el uso de la fuerza, para elevar las presiones contra el gobierno de Nicolás Maduro. En un comunicado, la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió el domingo al Gobierno venezolano que ordene a sus cuerpos de seguridad “dejar de emplear el uso excesivo de la fuerza” contra manifestantes desarmados. También pidió “frenar” y “arrestar” a los grupos armados pro oficialistas también implicados en ataques a civiles, que se conocen en el país suramericano como “colectivos”. Con información de AFP...