Gran conmoción hay en Alemania después de que un hombre atropellara a una multitud en un mercado navideño de la ciudad Magdeburgo. Hasta el momento, el hecho deja por lo menos cinco personas muertas y más de 200 heridas.
El responsable fue identificado como Taleb Jawad al Abdulmohsen, médico de profesión que vivía en Alemania desde 2006 y ejercía como psiquiatra en Bernburgo, muy cerca del sitio donde ocurrió todo. Se trata de un refugiado saudita, según confirmaron las autoridades.
De acuerdo con el fiscal Horst Walter Nopens, quien está llevando el caso, al parecer el hombre actuó por “descontento” con el trato dispensado en ese país que se les está dando a los solicitantes de asilo de la nación donde nació.
La investigación está en curso pero, “por lo que parece, el trasfondo del crimen (...) pudo ser el descontento con la forma en que los refugiados sauditas son tratados en Alemania”, afirmó el funcionario, al ser interrogado sobre las motivaciones del ataque.
El sospechoso había denunciado en agosto en su cuenta en X “los crímenes cometidos por Alemania contra los refugiados sauditas y la obstrucción de la justicia, poco importa la cantidad de pruebas que les presentemos” en los expedientes de demanda de asilo.
El fiscal indicó que el presunto autor del atentado permanecerá en prisión preventiva.
Los muertos son cuatro adultos y un niño de nueve años, informaron los investigadores. Unas 40 personas resultaron gravemente heridas, por lo cual el número de fallecidos podría aumentar.
El drama se produjo el viernes cuando un potente automóvil BMW irrumpió en los paseos del mercado navideño, atropellando a los visitantes a lo largo de unos 400 metros.
El sospechoso del ataque es un “islamófobo”, indicó el sábado la ministra alemana del Interior, Nancy Faeser.
Según medios alemanes, el presunto autor del atentado militó por los derechos de las mujeres sauditas, se describió como “ateo” y sostuvo en las redes sociales opiniones de extrema derecha cercanas al partido Alternativa para Alemania (AFD).
“Es importante que permanezcamos unidos como país y que hablemos entre nosotros”, declaró el jefe de gobierno, Olaf Scholz, prometiendo actuar “contra quienes quieren sembrar el odio”.
El atentado se produjo casi exactamente ocho años después de un incidente similar en un mercado navideño de Berlín. Para las autoridades, la fecha fue elegida intencionadamente, aunque nadie ha avanzado hasta ahora que se tratara, como en aquella ocasión, de un atentado islamista.
El perfil del sospechoso es intrigante y sus intervenciones en las redes sociales delinean la imagen de un hombre que se siente perseguido, que rompió con la fe musulmana y denuncia los “peligros” de una islamización de Alemania.
Procede de una familia chiita de la localidad de Hofuf, en la provincia Al Ahsa, donde predomina esa rama del islam, en el este del reino saudita. Vivió y trabajó durante años en el land (estado federado) de Sajonia-Anhalt, cuya capital es Magdeburgo, a 160 km de Berlín.
En una entrevista concedida hace unos años al medio alemán Frankfurter Rundschau, contó que había sido “amenazado de muerte por apostasía del islam”, un argumento esgrimido a menudo por solicitantes de asilo en Europa.
En 2022, en una entrevista, se definió como “un ateo saudita” y afirmó que “los jóvenes sauditas, y en particular las mujeres, no sólo huyen del régimen saudita, sino también del islam”.
Por ahora, las autoridades alemanas adelantan las respectivas investigaciones para poder esclarecer las motivaciones que llevaron al sujeto a cometer este crimen que ha generado gran conmoción y tristeza en todo el país.