Halloween, celebrado el 31 de octubre, es una festividad que tiene sus raíces en antiguas tradiciones celtas, especialmente en el festival de Samhain, que marcaba el final de la cosecha y el inicio del invierno.
Durante esa época se creía que los espíritus de los muertos regresaban a la Tierra. La decoración y el ambiente festivo crean una atmósfera mágica que emociona a los niños, haciendo que se sientan parte de una celebración especial.
Sin embargo, se ha dado a conocer un riesgo inminente en los niños durante las festividades de Halloween, se trata de la cantidad de muertes que se han registrado en esta época del año respecto a la ingesta de dulces que registran hasta el 19 % de las muertes por asfixia en niños.
La asfixia es la cuarta causa principal de muerte por lesiones no intencionales en los EE. UU. según el Consejo Nacional de Seguridad, que aseguró que entre los niños atendidos en salas de emergencia por incidentes de atragantamiento no fatales, casi el 60 % estaban relacionados con la comida.
En general, el 13 % de los casos se debió a la ingestión de monedas y el 19 % a la ingestión de caramelos o chicles, según el centro especializado de medicina. De hecho, la asfixia es la cuarta causa principal de muerte en niños en edad preescolar y la principal causa de muerte infantil.
La asfixia puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar, pero Halloween es un momento especialmente crítico para asegurarse de estar equipado cuando ocurra lo inesperado, según narra el NY Post.
La asfixia es una de las principales causas de muerte accidental en los bebés, que requieren un procedimiento de rescate diferente al de los adultos.
¿Qué hacer en caso de asfixia?
Si un niño tose con fuerza, anímelo a que siga tosiendo para eliminar el objeto. Sin embargo, una persona que no puede toser, hablar o respirar necesita ayuda inmediata.
Si se está ahogando, sostenga al bebé boca abajo, sosteniendo la cabeza con una mano y el torso sobre su antebrazo contra su muslo.
Si el objeto no se expulsa, gire al bebé boca arriba, sosteniendo la parte posterior de la cabeza del bebé con su mano.
Coloque dos dedos sobre el esternón justo debajo de la línea del pezón. Realice cinco compresiones en el pecho, aproximadamente una por segundo, con una profundidad de aproximadamente ½ pulgada.
Continúe con ciclos de cinco palmadas en la espalda y cinco compresiones en el pecho hasta que se expulse el objeto o el bebé deje de responder, según el Consejo Nacional de Seguridad.
Para evitar que los niños se atraganten, mantenga los objetos pequeños fuera de su alcance, corte los alimentos en trozos pequeños y no les permita comer caramelos duros. Los niños pequeños deben estar supervisados mientras comen y juegan.