Aunque Rusia anunció recientemente el retiro de tanques y tropas desplegadas cerca de la frontera con Ucrania, las tensiones entre los dos países aún se mantienen. De hecho, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien se ha sumado como un tercer jugador en esta coyuntura, aseguró que Rusia tiene la intención de atacar Ucrania en la próxima “semana” o, incluso, en cuestión de “días”.
Si bien el gobierno estadounidense suele mantener sus asuntos de inteligencia en estricta reserva, en esta ocasión prevé que con revelar detalles secretos de los planes militares de Rusia podría prevenir una eventual invasión a Ucrania.
Desde el momento en que Rusia desplegó decenas de miles de tropas hacia la frontera con Ucrania en los meses recientes, Washington ha adoptado una estrategia poco convencional para que Moscú y el mundo se enteren de lo que sabe sobre los planes de invasión rusos, en lugar de mantenerlo en secreto.
“Finalmente, Washington está alcanzando a sus rivales, incluyendo a Rusia y WikiLeaks, en el uso de la información para perfilar eventos”, escribió Douglas London, antiguo oficial de la CIA, en la revista Foreign Affairs.
Con las tensiones creciendo, a comienzos de febrero de 2022, funcionarios estadounidenses aseguraron que Moscú estaba planeando montar un video con imágenes explícitas de un falso ataque ucraniano contra Rusia o contra rusos dentro de Ucrania, haciendo uso de imágenes de lugares destruidos, “cadáveres” de supuestas víctimas y hasta personas que actuarían como dolientes.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, es uno de varios funcionarios que detalló al pie de la letra el presunto plan: “Hemos visto este tipo de actividad por parte de los rusos en el pasado y creemos que es importante que cuando lo veamos así como ahora lo podamos denunciar”, señaló.
Sin embargo, sobre el supuesto plan de Rusia, los funcionarios estadounidenses no han explicado cómo conocieron dicha información y, hasta el momento, no se ha gestado una táctica similar desde Moscú.
¿La estrategia funciona?
El hecho de que la divulgación del supuesto plan ruso ya se haya hecho, pero su ejecución siga sin materializarse, sugiere pensar —según diplomáticos estadounidenses, funcionarios de inteligencia y militares, citados por la AFP— que su estrategia está funcionando, haciendo pensar dos veces al presidente Vladimir Putin sobre un supuesto plan que podría tener entre manos.
Días después, funcionarios estadounidenses les entregaron a periodistas detalles acerca de los más de 100.000 militares concentrados en las fronteras de Ucrania, en los que describían la posible estrategia de Rusia de invadir, las bajas estimadas, y donde revelaban un mapa del plan muy específico con las rutas de invasión planeadas.
El pasado jueves 17 de febrero, el secretario de Estado, Antony Blinken, proyectó que el escenario de una invasión podría llegar “en cuestión de días”, de acuerdo con los funcionarios. “Primero, Rusia planea fabricar un pretexto para su ataque (...) Esto podría ser un hecho violento que Rusia atribuya a Ucrania”, acusó Blinken en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
“Podría ser un supuesto atentado terrorista con bombas dentro de Rusia, la invención de una fosa común, la escenificación de un ataque de dron contra civiles o un ataque falso o incluso real con armas químicas. Rusia describiría estos hechos como limpieza étnica o genocidio”, detalló el secretario de Estado de EE. UU.
Para el segundo paso, continuó, “los más altos mandos del gobierno ruso convocarían teatralmente reuniones de emergencia para atender la supuesta crisis. El gobierno emitiría declaraciones proclamando que Rusia deberá responder para defender a los ciudadanos rusos o a la etnia rusa en Ucrania. Luego, se planea que comience el ataque”.
En rueda de prensa, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, enfatizó que “cualquier ataque ruso o una nueva incursión en Ucrania no solo encendería el conflicto, sino que violaría los principios fundamentales de la soberanía nacional, la integridad territorial y la autodeterminación”.
Una maniobra para presionar a Putin
Publicar información de inteligencia, como lo está haciendo Estados Unidos en este momento, no es una táctica habitual en Washington. Sin embargo, los funcionarios dicen que confían en que esa maniobra desvele los hábiles y efectivos esfuerzos de Moscú por desinformar, y que incluso disuada un ataque.
“Entre más exponga Washington las intenciones y acciones de Rusia, menos salidas le quedan a Putin para quedar bien”, explicó Douglas London, antiguo oficial de la CIA.
Sin embargo, anotó que revelar información de inteligencia viene con altos riesgos, como exponer a fuentes y canales valiosos, o perder credibilidad si resulta errónea.
Por ejemplo, la imagen de Estados Unidos se vio seriamente afectada en 2003 cuando el entonces secretario de Estado, Colin Powell, dijo en Naciones Unidas que Estados Unidos tenía “pruebas” de la presencia de armas de destrucción masiva en Irak, una acusación que “justificó” la invasión estadounidense y que finalmente resultó ser falsa.
En otro caso, London recuerda que la información de inteligencia se hizo pública con un efecto positivo cuando funcionarios estadounidenses filtraron a los medios detalles específicos que vinculaban al príncipe de la corona saudí, Mohamed bin Salman, con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, en 2018.
“En ese caso, el gobierno estadounidense consideró que valía la pena”, manifestó.
Si bien funcionarios estadounidenses dicen que sus acusaciones sobre Rusia y Ucrania podrían probarse como erróneas, y admitieron que podrían ser criticados por ello, aclararon que ese es su deseo: que revelar los supuestos planes de Putin termine por disuadirlo de llevarlos a cabo.
*Con información de AFP