A través de un mensaje difundido por la casa real Británica este sábado, 31 de diciembre, se dio a conocer el texto de un telegrama especial dirigido por el rey Carlos III de Inglaterra al papa Francisco con ocasión de la muerte del papa emérito, Benedicto XVI, quien falleció en horas de la mañana.
En su mensaje, en el que el rey Carlos II, y su esposa, Camila, la reina consorte, presentan sus condolencias a la Iglesia católica de todo el mundo, el ahora soberano británico exaltó la figura del desaparecido líder religioso, señalando que recibió la noticia de su muerte con “profunda tristeza”.
En su texto, el rey Carlos III evocó una reunión que sostuvo con el desaparecido papa emérito durante una visita adelantada a la ciudad del Vaticano en 2009, cuando ostentaba el rol de príncipe de Gales, y el religioso aún era papa activo.
En ese mismo sentido, el rey recordó también una visita que adelantó el otrora pontífice a territorio británico en 2010, advirtiendo que dicho viaje evangélico “fue importante para fortalecer las relaciones entre la Santa Sede y el Reino Unido”.
De igual modo, el rey británico exaltó el rol que internacionalmente jugó durante su pontificado Benedicto XVI, advirtiendo los “esfuerzos por promover la paz y la buena voluntad a todas las personas”.
De forma particular respecto de las relaciones entre la Iglesia católica y el culto anglicano, el rey aplaudió los constantes esfuerzos adelantados por Benedicto XVI para abogar por el fortalecimiento de los lazos mutuos.
“Mi esposa y yo te enviamos nuestros buenos deseos para tu propio pontificado”, apuntó el rey, en mensaje dirigido al papa Francisco.
Precisamente, este sábado, tras confirmarse la noticia del deceso del pontífice de 95 años, también se conoció como parte de las reacciones mundiales, la del mismo papa Francisco, máximo jerarca de la Iglesia católica, quien se refirió a su antecesor durante una oración con motivo de la noche de fin de año.
En su intervención, el papa Francisco se refirió a Benedicto XVI como “una persona tan noble, y bondadosa”, en palabras emitidas desde la basílica de San Pedro, lugar en el que el próximo 5 de enero se llevarán a cabo las honras fúnebres del papa alemán.
En referencia al rol de Benedicto durante su pontificado, Francisco I afirmó que “solo Dios conoce el valor y la fuerza de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la iglesia”.
La muerte de Benedicto XVI se conoció este 31 de diciembre tras centrar la atención mundial luego de que el pasado 28 de diciembre, el papa Francisco advirtiera la necesidad de que el mundo orara por Benedicto XVI ante el evidente deterioro de su salud.
En Roma, al igual que en otros rincones del mundo, las campanas de los diferentes templos replicaron en señal de duelo, antes de que se conociera oficialmente la noticia.
Durante lo corrido del día, cientos de personas se han acercado hasta la plaza de San Pedro en el Vaticano, para orar por el descanso del alma de Benedicto XVI, a quien se recuerda especialmente por su gran conocimiento y por ser uno de los más doctos teólogos de los últimos tiempos, quien llegó al trono de San Pedro tras un cónclave para elegir al sucesor de san Juan Pablo II.
Sobre la ceremonia de funeral, que se practicará la próxima semana en El Vaticano, también ha trascendido que esta estará presidida por el mismo papa Francisco, en un hecho histórico, pues no existen registros de que un papa, en al menos los últimos seis siglos, hubiese oficiado la ceremonia fúnebre de su antecesor, situación que también deriva que de, en los últimos 600 años, ningún papa, salvo Benedicto VXI, abdicó a su puesto como máximo representante de la Iglesia católica.