Reza Aslan es uno de los escritores y académicos que más ha investigado la historia de las religiones en el mundo. Además, ha abordado el tema desde distintos lenguajes: la escritura académica, programas de televisión y el ensayo. Aslan, estadounidense de origen iraní, visitó Colombia para participar en una conferencia sobre los mitos de la religión en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo). Es escritor de reconocidos ‘best seller‘ como “Ningún dios sino Dios: Los orígenes, evolución y futuro del Islam”, “Zelote, la vida y la época de Jesús de Nazaret” y el más reciente “Dios: una historia humana”. También se desempeña como profesor titular de Escritura Creativa en la Universidad de California en Riverside. Ha sido miembro de la Academia Americana de Religiones, la Sociedad de Literatura Bíblica, la Asociación Internacional de Estudios Coránicos y profesor visitante de religión en la Universidad de Iowa, entre otros. Le sugerimos: Más de 2.000 personas han sido detenidas este año en Venezuela por razones políticas En esta entrevista cuenta sobre los mitos que rodean al Islam, su experiencia como productor de televisión y sobre los debates entorno al concepto de "terrorismo islámico", entre muchos otros temas. ¿Cuáles son las ideas equivocadas que tenemos sobre el Islam en Occidente? Fundamentalmente solo hay un mito sobre el Islam en occidente. Todo lo demás viene de este mito: el Islam es diferente, el Islam es único, es especial. Creer que el Islam no es como otras religiones es un sinsentido, así como creer que es una unidad homogénea. Nadie cuerdo cree que todos los cristianos piensan lo mismo, o que todas las sectas en las que se dividen son las mismas. De un solo brochazo la gente pinta como iguales a millones de musulmanes, cuando el Islam viene en miles de sabores, está en constante evolución y cambio. Hay 12 diferentes maneras de interpretar el Corán. Usted en un artículo dijo estar relacionado con el sufismo en el Islam. ¿Puede explicarnos por qué? El sufismo, así como tradiciones místicas de religiones como el Budismo, Cristianismo, Hinduismo o Judaísmo, no está tan interesado en temas de doctrina, teología o ley, sino en la esencia, el corazón céntrico de las religiones. Con el sufismo se pretende romper el caparazón exterior de las religiones y tener un encuentro uno a uno con la divinidad. Se pretende escoger un camino propio, no importa cuál, porque todos conducen al mismo destino. Como dijo Buda, tú escoges tu propio pozo y del agua que bebes es de la misma que beben otros en otro pozo. Ese es el mensaje central, no solo del sufismo sino de todos los movimientos místicos de las religiones. Lo que me parece muy interesante como sufista y catedrático es que los místicos en todas las religiones tienen más en común entre ellos que lo que tienen en común con sus correligionarios. Usted profesó primero el Cristianismo (por parte de familia) y luego se convirtió al Islam. ¿Qué tipo de coincidencias resalta entre ambas religiones? Ambas tienen muchas cosas en común, ambas son ramas que se desprenden del Judaísmo. Ambas miran las escrituras hebreas para construir su propia teología. Hablan de conceptos de vida después de la muerte, moralidad, el rol de la fe en los individuos, en esto tienen mucha más relación. La gran diferencia es que el Islam no acepta la divinidad de Jesús. No creen que Jesús sea también dios. Aquí el Islam tiene más en común con el Budismo que con la cristiandad. También el Islam y el Judaísmo tienen una concepción de dios como la unidad divina, indivisible, no compran la idea de un dios hombre. El conflicto yace menos en las religiones mismas y más en la gente que sigue esas religiones. La noción de que todos compartimos la verdad no es algo que muchas de las personas religiosas están dispuestas a aceptar. Le recomendamos: ¿Qué pasó de verdad en Venezuela? ¿Cómo desmontar tantos prejuicios y estereotipos que se tienen hoy en el mundo sobre las religiones? Creo que la mejor manera para desafiar los prejuicios es la ‘cultura pop’: el arte, la televisión, el cine, la música, novelas, en eso es lo que me quiero enfocar ahora. ¿Por qué la cultura popular, si en ella se han alojado algunas concepciones equivocadas de lo que son las religiones y la fe? Porque los seres humanos siempre hemos entendido al mundo a través de historias. El contar historias puede combatir efectivamente la islamofobia, el fanatismo, el racismo, la homofobia, el antisemitismo. Desde hace unos años usted viene relacionándose con los medios. Fue el fundador de Aslan Media, una plataforma para dar a conocer mejor el Oriente Medio en Occidente... Esto fue un proyecto de hace más de siete años, una plataforma para que jóvenes escritores, productores y realizadores expusieran la cultura, la política, el entretenimiento y el arte del Oriente Medio. Fue muy exitoso. Ya hicimos lo que teníamos que hacer y hoy hay muchas más y mejores plataformas que antes no se tenían. También fui consultor y productor de la serie de ficción de HBO “The Leftovers”, que trataba temas de espiritualidad y religión. Narraba la inexplicable desaparición de un gran porcentaje de la población mundial y las consecuencias emocionales para los que quedaban. En ese show había personajes creyentes y no creyentes, pero todos confrontados con los mismos problemas. También participé en la serie de documentales de CNN, Believer (2017), donde exploraba diversos grupos religiosos para experimentar su vida como creyentes. Believer fue cancelado tras las palabras con las que se refirió a Trump en redes sociales, como un "pedazo de mierda"¿planea revivirlo? No estoy arrepentido en absoluto de mis palabras contra el presidente. Estoy en proceso de encontrar formas de revivir el show, pero también estoy haciendo otro, que se trata más de los procesos creativos (el ‘talk show’ “Rough Draft”, donde entrevista a autores, guionistas o compositores). The Leftovers fue una forma ingeniosa de hacer que las personas pensaran sobre las preguntas existenciales sin que creyeran que lo estaban haciendo. La gente creía estar viendo una serie de ciencia ficción. Ahí surgían preguntas existenciales que todos compartimos. Le puede interesar: Presidente Trump insiste en la construcción de un muro en la frontera con México ¿Es posible hacer televisión y combinarlo con el mundo académico? Ahora no quiero hablar a mis compañeros de academia, quiero hablarle al mesero, al conductor de bus, al doctor, al ingeniero, a la ama de casa. Tengo una relación de amor y odio con la academia. Todo es sobre la ‘hiperespecialización‘. Profundizamos en un sistema exclusivo con su propio lenguaje, solo estamos interesados en lo que pase aquí adentro, no en el mundo exterior. La cultura pop es diferente. Lo que quiero hacer es tomar estas ideas de la academia, del "claustro” y hacerlas más accesibles, “entretenidas” para todos. ¿Por qué es diferente la cultura popular? Hace cerca de 15 años en Estados Unidos la mayoría de las personas rechazaba la posibilidad de legalizar el matrimonio gay. 10 años después es más aceptado. La cultura popular ha ayudado a desmitificar un poco el tema. ¿Qué cambió? ¿Fue porque recibieron mayor información? No lo creo. ¿Súbitamente aprendieron sobre biología humana? Nada de eso. Creo que fue más por la proliferación de personajes gay en la televisión y el cine. ¿Tratar estos temas sobre religión a través de shows no podría generar una reacción de rechazo en la gente? El objetivo a través de la cultura pop no es presentar versiones positivas de musulmanes, por ejemplo. Mi meta es presentar reales y honestas representaciones de musulmanes en la televisión. No pretendo solo ser un buen contador de historias, lo que quiero es que se normalice que los musulmanes son como cualquier otro grupo religioso, algunos buenas personas, otros no. Algunos más devotos, otros no tanto. ¿Para usted es válido hablar de terrorismo islámico en los medios? Claro que sí. Creo que lo que se debate aquí es ‘actos de violencia inspirados en la religión’. Hay gente que insiste en llamar a los actos violentos de algunos musulmanes “terrorismo islámico”. Pero los que insisten en el término nunca dirían ‘terrorismo judío’, ‘terrorismo budista’, ‘terrorismo cristiano’” o ‘terrorismo blanco’... Nunca llamarían a Robert Lewis Dear, quien hace tres años en Estados Unidos entró a un centro de planificación familiar - de abortos - y mató a siete personas en el nombre de Cristo, como ‘terrorismo cristiano’. Nunca llamarían a Anders Breivik, que hace unos años (2011) mató a más de 70 personas en Noruega, un ‘guerrero de Cristo‘, como él mismo se declaró. Lea también: El asesino de Oslo quiere reclutar adeptos desde la cárcel Creo que no se debe negar el hecho de que la religión tiene un rol en la violencia sectaria. Negar que tiene que ver con religión es equivocado y hasta peligroso, porque evita que enfrentes el problema. Pero si vas a pretender que una religión tiene el monopolio de la violencia religiosa, entonces no tengo interés en conversar contigo. Porque eres un mentiroso y no estás siendo honesto. *De Agencia Anadolu.