Claudia Aguilera, viuda del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado el pasado martes 10 de mayo en la playa de Barú, Cartagena, ya se encuentra en Asunción (Paraguay), en donde será sepultado su esposo.

En una carta pública, Aguilera dijo que el asesinato del fiscal es un fuerte golpe para su familia y para toda Paraguay.

“Mi familia y yo estamos sumergidos en un profundo dolor por el asesinato de mi esposo Marcelo Pecci y su pérdida irreparable. El luto no es solo para sus familiares y allegados, sino para todo el país y la comunidad internacional”, dice Aguilera en el inicio de su escrito.

En el texto señaló lo difícil que se le han convertido estos días con respecto a lo sucedido el pasado martes en playas colombianas e indicó que “ruega respeto” por su proceso de duelo.

“Estos últimos días han sido difíciles de superar, por lo que ruego respeto a mi privacidad para poder sobrellevar el duelo y también solicito respeto para mis familiares, sin dejar de agradecer a mis compañeros y colegas la empatía que me manifestaron”, puntualizó.

La periodista concluyó su misiva agradeciendo el afecto y apoyo con ella y su bebé que viene en camino, y dejó un mensaje claro sobre la crianza de su futuro hijo.

“Valoro sus muestras de cariño y apoyo tanto conmigo como con el bebé que espero. Que la muerte del respetado y admirado Marcelo Daniel Pecci Albertini encuentre justicia y fortalezca la lucha contra el crimen organizado. En lo que a mí concierne, honraré la memoria de mi amado esposo cada día por el resto de mi vida y criaré a un excelente ser humano y ciudadano como lo fue su padre”, finalizó.

Cuerpo del fiscal llegó a Paraguay

El cuerpo de Marcelo Pecci arribó antes del amanecer del sábado 14 de mayo a Asunción, trasladado en vuelo comercial desde Cartagena de Indias

El féretro fue recibido por autoridades nacionales en el espigón presidencial del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, de la capital paraguaya a las 5:10 de la mañana (hora Paraguay) y luego trasladado al salón velatorio perteneciente a una empresa fúnebre local.

Pecci era un fiscal especializado contra el crimen organizado, narcotráfico, lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.

Su esposa, una periodista de televisión y testigo del crimen en una playa de la isla Barú, en el Caribe colombiano y cerca de Cartagena, había regresado el jueves a la capital paraguaya.

La pareja disfrutaba de su luna de miel, se casaron el 30 de abril, cuando se produjo el ataque que acabó con la vida del fiscal en plena playa frente al mar. La mujer dijo que esperaban un hijo.

En forma simbólica, los restos de Pecci, que serán sepultados el domingo, debían ser trasladados para ser velados en la Fiscalía, en el tradicional Colegio San José, donde realizó sus estudios, y en la sede del club de fútbol Guaraní, de la Primera División paraguaya, en el cual se desempeñó como dirigente.

El viernes, sus compañeros del Ministerio Público, excolegas y amigos organizaron una marcha de repudio por calles céntricas para reclamar justicia y castigo a los autores intelectuales y materiales del sonado crimen.

Las autoridades ofrecen una recompensa equivalente a 488.000 dólares por información que permita la captura de los asesinos.

El comisario de investigaciones, Nimio Cardozo, quien volvió de Colombia donde participó de las pesquisas, informó que Pecci recibió un impacto de bala en el rostro y dos en el tronco, los que determinaron su deceso en forma casi instantánea.

“Estaba juntando sus pertenencias con su esposa cuando fue emboscado” por los sicarios, detalló.

Pecci, muy frecuentado por los medios sobre sus causas relacionadas con el narcotráfico y lavado de dinero, trabajaba en la colección de evidencias contra procesados de nacionalidad colombiana, libanesa y brasileña, entre otros.