Al menos 364 personas fueron detenidas este miércoles 21 de septiembre en toda Rusia, en manifestaciones contra la movilización parcial para la ofensiva en Ucrania anunciada horas antes por el presidente, Vladimir Putin, indicó una ONG.
Según OVD-Info, una organización especializada en el recuento de detenciones, las movilizaciones tuvieron lugar en al menos 23 ciudades de todo el país.
Periodistas de AFP en Moscú vieron al menos 50 personas detenidas en una de las calles céntricas de la capital. En San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, la policía se llevó un autobús lleno de detenidos.
Los manifestantes coreaban “¡No a la guerra!” y “¡No a la movilización!”.
“Todo el mundo tiene miedo. Estoy a favor de la paz y no quiero tener que disparar. Pero es muy peligroso salir ahora, si no habría habido mucha más gente”, dijo un manifestante de San Petersburgo, Vasily Fedorov, un estudiante que llevaba un emblema de la paz en el pecho.
Alexei Zavarki, de 60 años, lamentó la respuesta policial a las concentraciones: “He venido a participar, pero parece que ya se han llevado a todo el mundo. No sé a dónde vamos, este régimen ha firmado su sentencia de muerte, ha destruido a la juventud”, aseguró.
En un discurso a la nación este miércoles, Putin decretó una movilización parcial de los reservistas rusos para la ofensiva en Ucrania y aseguró que estaba dispuesto a utilizar “todos los medios” de su arsenal contra Occidente.
Miedo en Ucrania
En línea con una previsible escalada de la guerra en Ucrania tras el anuncio de movilización parcial por parte de Vladimir Putin, misiles rusos cayeron, también este miércoles, sobre edificios de viviendas en Járkov, la segunda ciudad del país.
Situada a solo 40 kilómetros de la frontera rusa, Járkov fue atacada el primer día de la invasión lanzada el 24 de febrero. Aunque resistió la captura, desde entonces es bombardeada regularmente por las fuerzas rusas.
En las últimas semanas, Járkov no había sufrido mucho de la contraofensiva ucraniana relámpago que expulsó a las tropas de Moscú de la región. Pero Rusia todavía puede lanzar misiles desde su propio territorio.
El miércoles, poco antes de las dos de la madrugada, cuatro misiles cayeron en el barrio de Kholodnogorsky, alcanzando, según el ayuntamiento, dos edificios residenciales, un terreno de construcción e infraestructuras civiles. Afortunadamente, el ataque solo dejó un civil herido.
La reanudación de los bombardeos precedió pocas horas el anuncio del presidente ruso de una movilización parcial que afectaría a cerca de 300.000 reservistas. Viktoria Ovtchinnikova, madre de dos hijos, siente “un miedo aplastante”.
En Kiev, la capital (hoy lejos del frente y que no ha sido afectada por los bombardeos desde finales de junio), el estado de ánimo parece más combativo.
En un discurso a la nación, Putin, dijo estar dispuesto a utilizar “todos los medios” de su arsenal frente a Occidente, a quien acusa de “destruir” Rusia. “Esto no es un bluf”, recalcó con semblante serio. La movilización de reservistas fue descrita en Europa como un “signo de debilidad” de Moscú, cuyo ejército se ha visto sacudido por múltiples reveses frente a las fuerzas ucranianas.
La medida marca una nueva escalada en el conflicto, iniciado el 24 de febrero, y al día siguiente del anuncio de Rusia de “referendos” de anexión en cuatro regiones del este y del sur de Ucrania a partir del viernes.
“Solo estamos hablando de una movilización parcial”, insistió el presidente ruso en su alocución, señalando que se trata de una medida “urgente y necesaria”.
El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, precisó que la orden cubría a 300.000 reservistas en un primer momento. Tras el anuncio de Putin, las páginas de las compañías aéreas recibieron una avalancha de conexiones y una petición en línea contra la movilización recibió más de 230.000 firmas.
El opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni criticó la decisión, considerando que conducirá a “una enorme tragedia y una enorme cantidad de muertos”.
*Con información de AFP.