Rusia informó el martes -19 de abril- que llevó a cabo decenas de ataques en el este de Ucrania para “liberar” a esa región, en una “nueva fase” de la guerra iniciada hace casi dos meses. Las fuerzas armadas ucranianas confirmaron que Moscú había “intensificado su ofensiva” en el flanco oriental.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, anunció una “nueva fase” de la ofensiva. “Estoy convencido de que será un momento muy importante para esta operación especial”, declaró Lavrov a la prensa india, usando el término con el cual Moscú se refiere a la invasión.
El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, aseguró que sus tropas estaban implementando un “plan de liberación” de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk”, los territorios separatistas prorrusos del este de Ucrania.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, denunció una “concentración intensa de fuerzas y fuego” que hace esta batalla inevitablemente más violenta, sangrienta y destructiva” y pidió una “pausa humanitaria” de cuatro días con ocasión de la Pascua ortodoxa.
Previamente, su ministerio anunció que el ejército ruso había neutralizado trece posiciones ucranianas en el Donbás, incluyendo la ciudad clave de Sloviansk, y bombardeado otros “60 objetivos militares”, algunos en la línea del frente oriental de Ucrania.
El ministerio ruso lanzó además una advertencia “a los militares del ejército ucraniano”: “No pongan a prueba a la suerte, tomen la decisión correcta, la de poner fin a las operaciones militares y depongan las armas”. Pero las autoridades ucranianas parecen poco dispuestas a satisfacer las exigencias de Moscú.
“No importa cuántos soldados rusos se traigan hasta aquí, lucharemos. Nos defenderemos”, advirtió el lunes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, después de anunciar el inicio de la batalla por el Donbás. La conquista de esta región minera controlada parcialmente por separatistas prorrusos brindaría a Moscú una franja continua de terreno en la costa del Mar Negro hasta la península de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014.
Nuevo ultimátum
El gran obstáculo para ese plan sigue siendo la ciudad de Mariúpol, asediada desde hace semanas, donde las últimas fuerzas ucranianas atrincheradas en el vasto complejo industrial de Azovstal recibieron un nuevo ultimátum de Moscú.
El ministerio de Defensa ruso propuso un alto el fuego a partir de mediodía de este martes para que “todas las unidades del ejército ucraniano sin excepción y todos los mercenarios extranjeros salgan sin armas ni municiones” e informó de la apertura de un corredor humanitario para evacuar a los soldados ucranianos “que hayan depuesto las armas voluntariamente”. Pero los combates se prosiguieron en algunas zonas de la ciudad, “no sólo con armas ligeras, sino también con tanques”, declaró Pavlo Kirilenko, gobernador de la región de Donetsk.
En Mariúpol, además de los combatientes, habría “al menos 1.000 civiles, la mayoría mujeres, niños y personas mayores, en refugios subterráneos” de la fábrica, dijo el consejo municipal en Telegram. El recrudecimiento de los bombardeos en el Donbás llevó a las autoridades ucranianas a suspender por tercer día consecutivo el despliegue de corredores humanitarios seguros para evacuar a civiles. Pese a la ausencia de estas vías, las autoridades locales instaron a los civiles a huir de la zona.
“¡Váyanse!”
“¡Váyanse!”, dijo el martes el gobernador de la región de Lugansk, Serguéi Gaidai, que la víspera señaló combates “incesantes” en varias ciudades y la pérdida de la pequeña ciudad de Kreminna, a unos 50 km de Kramatorsk, la capital de facto del Donbás aún bajo control de Kiev.
“Miles de habitantes de Kreminna no tuvieron tiempo de huir y ahora son rehenes de los rusos”, añadió Gaidai, cuyas afirmaciones sobre la caída de esta ciudad fueron contradichas por un asesor de la presidencia de Ucrania.
En la región vecina de Donetsk, los rusos bombardean “en dirección a Marinka, Ocheretyne y Avdivka”, dijo el gobernador Pavlo Kirilenko, señalando una situación “difícil pero controlada”. La ofensiva de Moscú mató al menos a ocho civiles el lunes y a otro el martes en las regiones de Lugansk y Donetsk, según las autoridades locales. Cuatro de ellos, de una misma familia, murieron por disparos rusos cuando intentaban huir de Kreminna, según Gaidai.
Con información de AFP.
Por ser una noticia de interés mundial, todo el contenido sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania será de libre acceso para nuestros lectores en todas las plataformas digitales de SEMANA.