El líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, ha afirmado este jueves que la comunidad internacional “forzará” antes o después un contraataque por parte de las tropas ucranianas en el marco de la invasión para “dar salida a los fondos” entregados ahora que “controlan el régimen de Ucrania desde fuera”.

“Independientemente de que haya o no una contraofensiva, opino que aunque el régimen ucraniano no la quiera y aunque teman el fracaso, se verán forzados. Los forzarán debido a que los controlan desde fuera, y cada fondo, cada ayuda entregada no solo por Estados Unidos, sino por países de Europa, tiene que tener salida”, ha puntualizado en declaraciones al canal de noticias Rossiya 24.

Asimismo, ha puesto en duda que Ucrania vaya a sacar adelante este contraataque en mayo, aunque ha dicho ver indicios de preparaciones en este sentido en la zona de Vugledar. Sin embargo, ha matizado que las fuerzas rusas continúan avanzando en las inmediaciones.

El presidente Volodímir Zelenski ha recibido el respaldo de Estados Unidos. | Foto: Con derechos gestionados de Getty Images

“La zona de Vugledar sigue siendo difícil y tensa, y el enemigo trata periódicamente de sacar adelante un contraataque y de posicionarse mejor. (...) Pero nuestras unidades siguen moviéndose”, ha puntualizado.

Sobre la posibilidad de dialogar y hallar una solución al conflicto, ha matizado que Kiev “no es capaz de ello” y que sus palabras “no pueden ser tomadas en serio”. “No puede haber conversación alguna ni negociaciones serias. Creo que no hay nada de que hablar con Kiev, nada de qué hablar con los líderes actuales, y que no habrá respuesta alguna”, ha afirmado.

Por otra parte, ha anunciado que las tropas rusas se han hecho con gran parte de la ciudad de Marinka, en la región de Donetsk, a medida que se hacen con toda la localidad. “Evidentemente, la posibilidad para ellos de recuperar Marinka ha desaparecido”, señaló.

Rusia le responde a Noruega y expulsa a 10 diplomáticos de su embajada en Moscú

El pasado jueves 13 de abril, el gobierno de Noruega anunció la expulsión de 15 empleados de la embajada rusa en Oslo a quienes consideró “agentes de inteligencia” acusándolos de espionaje.

“Estos 15 agentes de inteligencia son declarados indeseables porque realizan actividades que no son compatibles con su estatus diplomático”, declaró en un comunicado la ministra noruega de Relaciones Exteriores, Anniken Huitfeldt.

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Al informar su decisión en un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia expresó su “enérgica protesta” por la expulsión de diplomáticos rusos por parte de Noruega, lo que calificó de “acto hostil” que empeora “aún más” las relaciones bilaterales.

Los 15 rusos, presentes en Noruega como diplomáticos, deben abandonar el territorio noruego “en breve”, declaró el ministerio, mientras que la canciller aseguraba que la medida obedece a una acción para contrarrestar y reducir el alcance de las actividades de espionaje rusas en Noruega.

Como respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia informó en las últimas horas que convocó al embajador noruego, Robert Kvile, para notificarle la expulsión de diez diplomáticos en respuesta a lo que aconteció días atrás con trabajadores de la Embajada rusa.

Exteriores ha protestado ante embajador noruego por la “hostil” decisión expulsar a quince diplomáticos rusos y otros trabajadores de la Oficina del Agregado Militar, la cual no ha hecho más que agravar unas relaciones bilaterales “que ya se encuentran a un nivel críticamente bajo”.

Los servicios de inteligencia noruegos señalan regularmente a Rusia y China como principales amenazas en materia de espionaje contra el país nórdico. | Foto: Restringido

“Kvile ha recibido una nota declarando a diez representantes de la Embajada de Noruega en Moscú y de la Oficina del Agregado Militar como ‘persona non grata’”, señala el comunicado de Asuntos Exteriores.

Asimismo, el embajador noruego ha sido informado de que a esta decisión le “seguirán otras medidas” mientras continúen las “acciones hostiles de Oslo”, incluyendo “la imposición de restricciones a la contratación de ciudadanos rusos reclutados localmente por las misiones diplomáticas noruegas”.

Los servicios de inteligencia noruegos señalan regularmente a Rusia y China como principales amenazas en materia de espionaje contra el país nórdico, miembro de la Otan y fronterizo de Rusia, con la cual comparte 198 km de frontera en el Ártico.