El presidente ruso, Vladimir Putin, denunció el jueves un ataque “terrorista” cometido por “saboteadores” infiltrados desde Ucrania, que negó cualquier implicación y atribuyó el incidente a una “provocación” orquestada por Moscú. Según las autoridades rusas, dos civiles murieron y un niño de 11 años resultó herido por “saboteadores” que abrieron fuego contra un coche en la localidad de Lyubechane, en la región de Briansk, fronteriza con Ucrania.
El comando habría tomado rehenes, según las agencias de prensa rusas Ria Novosti, TASS e Interfax, que citaron a testigos y fuentes de los servicios de seguridad y de rescate.
El Ejército ruso “protege a Rusia y a nuestro pueblo contra los neonazis y los terroristas (...). Los que cometieron hoy un nuevo ataque terrorista se infiltraron en nuestro territorio fronterizo y abrieron fuego contra civiles”, declaró Putin en un discurso transmitido por televisión.
La presidencia ucraniana calificó las acusaciones como una “provocación deliberada” de Rusia con el objetivo de “asustar a su población para justificar” su ofensiva contra Ucrania.
El consejero presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, agregó que el incidente podría estar relacionado con una acción de “milicianos” rusos, que operan con métodos de guerrilla.
Las regiones rusas fronterizas con Ucrania han sufrido varios bombardeos desde el inicio del conflicto, hace más de un año, pero es inusual que las autoridades informen de la incursión de un grupo de “sabotaje”. Según el gobernador regional, Alexander Bogomaz, “los saboteadores abrieron fuego contra un vehículo en movimiento”.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) y las autoridades de Briansk informaron que efectuaron operaciones para “eliminar” a un grupo de “saboteadores” ucranianos infiltrado en esta región, situada a unos 400 km al suroeste de Moscú.
En dos videos publicados en las redes sociales, cuatro hombres en uniforme que afirman ser miembros de un grupo de “voluntarios rusos” del ejército ucraniano reivindican haberse infiltrado en Briansk. En los videos, cuya autenticidad la AFP no pudo verificar, los hombres niegan haber tomado rehenes o matado a civiles, y critican a Moscú. El incidente llevó a Putin a anular un viaje al Cáucaso ruso.
El FSB afirmó más tarde que la situación estaba “bajo control” y que los “nacionalistas ucranianos” habían sido repelidos hacia su país. Allí fueron blanco de “un bombardeo masivo de artillería”. Según el FSB, fue hallado “un gran número de explosivos” y se estaban efectuando operaciones de desminado.
Rusia denuncia una “farsa” en el G20
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, reveló que instó a su par ruso, Serguéi Lavrov, a poner “fin a esta guerra de agresión” librada por Rusia en Ucrania, en un breve encuentro que ambos mantuvieron al margen de la reunión ministerial del G20 en Nueva Delhi.
El encuentro, que duró menos de 10 minutos, es el primero entre los dos dirigentes desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania. La portavoz de la diplomacia rusa, María Zajarova, intentó minimizar la importancia del encuentro y aseguró que fue Blinken quien lo inició.
Lavrov “habló con él, de pie, como parte de la segunda sesión del G20″, precisó. “No hubo discusión o un verdadero encuentro”. Por su parte, Lavrov denunció que “el comportamiento obsceno de una serie de delegaciones occidentales, que transformaron el trabajo en la agenda del G20 en una farsa”, impidió que el G20 adoptase un comunicado conjunto.
India quería que su presidencia del G20 se centrara en temas como el alivio de la pobreza y el cambio climático, pero la guerra en Ucrania acabó dominando la cumbre.
*Con información de AFP.