El gobierno ruso anunció este sábado que enviará a Cuba dos aviones con ayuda humanitaria con el fin de que la isla tenga los elementos necesarios para hacer frente a la nueva ola de contagios de covid-19 que está viviendo.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó que dos aviones An-124 del Ministerio de Defensa fueran los encargados de llevar la ayuda a Cuba. Las aeronaves despegaron del aeródromo de Chkalovski, cerca de Moscú.
“Los aviones entregarán a Cuba alimentos, equipos de protección personal y más de un millón de mascarillas médicas. En total, más de 88 toneladas [de ayuda humanitaria]”, dijo el gobierno ruso en un comunicado citado por AFP.
Cuba, con 11 millones de habitantes, ha registrado un reciente crecimiento del número de contagios y muertes por la covid-19 en las últimas semanas. Desde el inicio de la pandemia, la isla ha reportado 316.383 contagios y 2.203 fallecimientos por el coronavirus.
Según las autoridades cubanas, el bloqueo comercial de Estados Unidos le ha impedido equiparse lo suficiente para hacer frente a la pandemia.
Más medidas de EE. UU. contra Cuba
Recientemente, Washington impuso sanciones financieras al ministro de Defensa cubano, Álvaro López Miera por la represión a las recientes manifestaciones y protestas sociales que se han venido presentando en la isla en contra del Gobierno.
También se conoció en las últimas horas que el presidente estadounidense, Joe Biden, está evaluando la posibilidad de aumentar el personal de su embajada en La Habana, además de revisar la política de remesas a la isla como forma de apoyar al pueblo cubano en sus “legítimas aspiraciones” democráticas, según manifestó este martes un portavoz del gobierno norteamericano.
“Estamos revisando nuestros planes para aumentar la dotación de personal en nuestra embajada en La Habana para facilitar las actividades consulares”, afirmó en rueda de prensa el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
Miles de cubanos han salido a las calles desde hace más de una semana para llevar a cabo unas históricas protestas contra el gobierno comunista, en medio de una crisis de escasez de alimentos, altos precios y aumento de contagios de covid-19 en la isla.
“Formaremos un grupo de trabajo de remesas para identificar las formas más efectivas de hacer llegar las remesas directamente a manos del pueblo cubano”, complementó Ned Price, en declaraciones citadas por AFP.
En ese sentido, la administración de Biden le ha solicitado al Departamento de Estado que revise si es necesario expandir el personal de la embajada para asegurarse de que haya suficientes empleados para cumplir todo el trabajo diplomático requerido en este momento coyuntural que vive la población de la isla.
Las autoridades gubernamentales estadounidenses también trabajan para facilitar mecanismos de colaboración con empresas privadas para aumentar el acceso a internet en Cuba, como también aumentar la asistencia humanitaria y avanzar en la identificación de los funcionarios cubanos responsables de violaciones de derechos humanos, como recoge el New York Post.
En el marco de las manifestaciones, cerca de un centenar de personas, incluidos periodistas independientes y activistas de la oposición, fueron detenidos y privados de la libertad.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró recientemente que el comunismo es una “ideología fallida” y que, en el caso cubano, este sistema ha sido el responsable de fallarles a sus habitantes, quienes han salido a las calles para protestar contra el régimen liderado por el presidente Miguel Díaz-Canel.
Psaki aprovechó para reiterar que Estados Unidos está “revisando” su política sobre Cuba con el objetivo de crear un “impacto en el bienestar” del pueblo de la isla, en medio de una crisis que también incluye cortes diarios de electricidad y el repunte en los contagios de coronavirus en la isla.
La administración de Joe Biden se había referido a la coyuntura cubana de manera más mesurada durante los primeros días de protestas, aunque la presión del gobernador republicano de la Florida, Ron DeSantis, y de algunos demócratas estatales que pidieron una reacción más contundente, parece haber generado efectos en su postura frente a la isla caribeña.