Rusia ha insistido este viernes en que los civiles que se encuentran en la planta metalúrgica de Azovstal están fuera de las negociaciones y por lo tanto pueden “salir libremente e ir a donde quieran”, no así los soldados ucranianos que deben deponer las armas.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha respondido así al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien el jueves afirmó que Kiev estaba lista para negociar la liberación de los civiles ucranianos que desde hace semanas se refugian en esta planta junto a los militares del asedio de las tropas rusas.
Peskov ha recalcado que el presidente ruso, Vladimir Putin, “lo dejó bastante claro: los civiles pueden salir e ir a donde quieran. Los militares deben deponer las armas y salir también”, recoge la agencia TASS.
“Sus vidas serán preservadas. Todos los heridos y enfermos recibirán asistencia médica. ¿Qué hay que negociar en este caso?”, se ha preguntado Peskov, quien ha recordado que, tal y como señaló anteriormente Putin, los militares ucranianos que se rindieron han sido apresado con todas las garantías y reciben asistencia médica.
La planta de Azovstal es uno de los últimos reductos de la ciudad de Mariúpol que le quedan por conquistar a Rusia, en su intento por tomar el control total del este y sureste de Ucrania y poder formar así un corredor que una las regiones de Donbás y la península de Crimea, limitando a su vez la salida al mar de Kiev.
La situación de Mariúpol ha sido también uno de los principales temas que abordaron el presidente Zelenski y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien esta semana se ha reunido en Moscú y Kiev con representantes de ambas partes.
Tanto en Moscú como en Kiev, Guterres ha planteado la propuesta de la creación de un nuevo corredor humanitario en Mariúpol con la participación de la propia ONU, así como de la dos partes del conflicto y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que por el momento Rusia ha dicho que estudiará.
Presidente de Ucrania se resiste a ser evacuado de su complejo en Kiev
Zelenski se negó a ser evacuado de su complejo en Kiev incluso cuando los escuadrones rusos se lanzaron en paracaídas sobre la capital e intentaron asaltar el edificio de gobierno en Kiev.
Horas antes, un grupo de asesores le habían advertido que el complejo estaba en riesgo por el fuego de francotiradores y las granadas lanzadas desde edificios cercanos.
El presidente ucraniano y una docena de sus ayudantes recibieron chalecos antibalas y rifles de asalto, sin embargo, según informa el diario The Telegraph algunos no sabían cómo usarlos.
Oleksiy Arestovych, asesor presidencial dijo: “Era un manicomio absoluto. Automáticas para todos. El lugar estaba muy abierto. Ni siquiera teníamos bloques de hormigón para cerrar la calle”.
Además, se conoce que las fuerzas británicas se ofrecieron a evacuar a Zelenski para permitirle establecer un gobierno en el exilio, probablemente en Polonia, pero el presidente ucraniano nunca pensó seriamente en ello.
Lo anterior se dio a conocer luego de que este jueves 28 de abril Rusia bombardeó Kiev, durante la primera visita a Ucrania del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien lamentó el “fracaso” del Consejo de Seguridad para evitar el conflicto.
En Washington, el presidente estadounidense Joe Biden solicitó al Congreso 33.000 millones de dólares en ayuda adicional para Ucrania, de los cuales más de 20.000 millones se destinarán a asistencia militar.
“No estamos atacando a Rusia. Estamos ayudando a Ucrania a defenderse de la agresión rusa”, dijo Biden, alegando que Estados Unidos no puede “permanecer al margen” frente a las “atrocidades y agresiones” rusas.
Con información de Europa Press y AFP.
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