Rusia solicitó este martes a todos los militares ucranianos que “depongan las armas” de manera inmediata y lanzó un ultimátum a quienes defienden la ciudad de Mariúpol, puerto importante y representativo del país invadido, para que pongan fin a su “insensata resistencia”.
“No pongan a prueba a la suerte, tomen la decisión correcta, la de poner fin a las operaciones militares y depongan las armas”, dijo el Ministerio de Defensa ruso, dirigiéndose a las fuerzas ucranianas, que han estado haciendo frente.
“Nos dirigimos a todos los militares del ejército ucraniano y a los mercenarios extranjeros: les espera un destino poco envidiable debido al cinismo de las autoridades de Kiev”, precisó el ministerio.
Por otra parte, haciendo referencia a quienes resisten en la zona industrial Azovstal de Mariúpol, el ejército ruso les prometió que “salvarán su vida” si se rinden.
En específico, propuso un alto al fuego a partir de mediodía de este martes, para que entre las “14H00 (11H00 GMT) y las 16H00 (13H00 GMT), hora de Moscú, todas las unidades del ejército ucraniano sin excepción y todos los mercenarios extranjeros salgan (de Azovstal) sin armas ni municiones”.
“Pedimos a las autoridades de Kiev que hagan gala de sentido común y den la orden a los combatientes de poner fin a su insensata resistencia”, dijo el Ministerio ruso de Defensa.
Desde el inicio del asedio a esta ciudad portuaria estratégica a principios de marzo, Rusia ha pedido en varias ocasiones a las fuerzas ucranianas que depongan las armas. Pese a las solicitudes del gobierno ruso, Ucrania sigue en pie de lucha defendiendo su patria y resistiendo a los ataques que comenzaron hace más de 50 días bajo el argumento de una “operación militar” liderada y convocada por Vladimir Putin.
La semana pasada, más de 1.000 soldados ucranianos se rindieron en Mariúpol, pero otros centenares, según los separatistas prorrusos, siguen atrincherados en esta inmensa fábrica de Azovstal, desde donde responden a los ataques de las fuerzas rusas.
Los decesos en Ucrania no dan tregua y más de 2.000 civiles han muerto en Ucrania víctimas de la ofensiva que inició Rusia el pasado 24 de febrero, según una estimación conservadora de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que asume que la cifra real será “considerablemente mayor” por la falta de información de algunas zonas y las demoras en la verificación de los casos.
La oficina de la ONU para los Derechos Humanos tiene registrados hasta el momento 2.072 fallecidos civiles, de los cuales 169 eran niños. Además, 2.818 personas han resultado heridas, según el balance publicado.
Naciones Unidas admite en este informe que hay zonas de las que apenas se conocen datos, como por ejemplo la ciudad de Mariúpol, y se hace eco también de las cifras proporcionadas por el Ministerio del Interior ucraniano, según las cuales han muerto ya al menos 2.700 personas ajenas al conflicto.
Las autoridades rusas han asegurado que no atacan objetivos civiles, a pesar de las pruebas que acreditan lo contrario y de matanzas como la de Bucha, una localidad situada a las afueras de Kiev donde aparecieron cientos de cadáveres tras la retirada de las tropas de Rusia.
Por su parte, la Fiscalía de Menores de Ucrania denunció que 202 niños han muerto y 361 han resultado heridos en ataques perpetrados por Rusia desde el comienzo de la invasión a Ucrania.
La mayor parte de las víctimas infantiles, contando fallecidos y heridos, se han registrado en la región de la capital, Kiev, con 121, seguida de Donetsk, con 115, Járkov (88), Chernígov (54), Mikolaiv (40), Jersón (41), Zaporiyia (22), Yitomir (15) y Sumy (16).
*Con información de AFP
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