Hace un poco más de un año, Rusia bombardeaba a Ucrania por primera vez, convencida de un triunfo rápido. Y aunque muchos ven a Rusia como ganador en este conflicto, hoy el Kremlin no está tan seguro de alcanzar la victoria. El ejército ucraniano ha logrado mantenerse a pesar de las adversidades y la desventaja en su poderío militar.
Sin embargo, hay algo que ha caracterizado la guerra en Ucrania, las constantes amenazas de Vladímir Putin a la comunidad internacional si apoyan a Ucrania. Esto ha creado una atmósfera de tensión y miedo global, además de la idea de que Rusia lidera las estadísticas que marcan la posible victoria.
Pero los analistas internacionales no están tan seguros de esto. Ucrania ha demostrado que es capaz de defenderse a como dé lugar, desde el día uno de la guerra se ha parado con valentía ante las tropas rusas para defender su tierra y ha logrado detener la invasión de Putin por más de un año. Todo esto lleva a preguntarse: ¿quién ganará la guerra?, ¿será Putin el vencedor?
Situación actual
La guerra está estancada, Putin se ha atrincherado debido al invierno y después de la toma de la ciudad de Jersón, en enero de este año, realmente no ha tenido más victorias. Además, varios países occidentales se unieron para enviar armas a Ucrania, como los tan famosos tanques Leopard 2, que generaron controversia hace poco.
Sin embargo, el invierno ya acabó y viene la temida “ofensiva de primavera”, que, de acuerdo con los expertos, definirá lo que sigue. Desde diciembre se registró que Putin está entrenando a por lo menos 250.000 hombres que viajarán para combatir. Además, se rumora que si el Kremlin tiene un as bajo la manga, será este el momento en que lo usará.
Entonces, ¿se acerca la victoria rusa? Los analistas lo consideran poco probable, pues si algo se ha comprobado durante este año de conflicto es que las tropas ucranianas son impredecibles. De hecho, la guerra se ha extendido todo este tiempo a causa del terrible error de cálculo que hizo Putin en febrero de 2022. Él creyó que la invasión sería sencilla, que pondría resistencia inicial, pero que rápidamente iría rindiéndose pasivamente hasta entregarle el control del territorio y esto no sucedió.
El ejército ucraniano es ágil, adaptable y organizado, cuenta con armamento de alta calidad donado por sus aliados y tiene un propósito muy fuerte: salvar su tierra y su gente. Ucrania no se rinde y no cede porque sabe que la derrota significa la pérdida de su patria. Sí, la guerra está estancada, pero los ucranianos tienen más motivación, más valentía y más determinación.
Ejemplo de esto fue la declaración de Zelenski al inicio de la guerra, cuando los Estados Unidos le propusieron asilo: “Yo no necesito que me saquen del país, yo necesito municiones”. Y estas palabras cobran más sentido porque son las municiones, precisamente, el talón de Aquiles de Ucrania.
El presidente Zelenski se embarcó en un viaje para pedir armas, porque con el avance de la guerra estas se han ido acabando; de hecho, uno de sus soldados se dirigió al mundo para decir: “Necesitamos proyectiles, proyectiles y, una vez más, proyectiles”. Pero la situación es delicada y puede ser una ventaja para los rusos.
Nadie se atrevió a darle aviones por miedo a una escalada nuclear, y la demora de Alemania para autorizar la exportación de tanques hizo que la entrega de estos se retrasara hasta abril. Aun así, una vez entregados, los soldados tendrán que aprender a usarlos y eso los puede llevar hasta mayo aproximadamente.
Sin embargo, recientemente tanto la Otan como Estados Unidos han decidido reforzar y acelerar el envío de ayudas, pues una victoria rusa dejaría al panorama global bajo gran amenaza. Por el momento, la balanza se inclina en contra del Kremlin, pero esto puede cambiar tras el contraataque de esta primavera.