El deporte ruso está amenazado por todos los frentes. Del lado olímpico, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) decidió mantener el veto a Rusia para competir en el Campeonato de Europa en Ámsterdam y en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, por los múltiples casos de dopaje de sus deportistas. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional podría permitir que algunos de los grandes atletas rusos participen en los eventos. Por otro lado, aunque el fútbol europeo siempre ha sido pasional, esta semana la hinchada rusa se salió de control. El Comité de Disciplina de la Uefa decidió descalificar a Rusia de la Eurocopa, pues sus hinchas atacaron a varios aficionados ingleses, después de un partido en Marsella (foto). Los testigos afirmaron que unos 150 hooligans rusos, “que parecían entrenados para pelear”, hirieron con barras de hierro a 35 ingleses, incluyendo a un hombre de 50 años al que dejaron en una condición crítica. La sanción quedó en suspenso, en espera de otros actos violentos de los aficionados, pero el organismo decidió imponer una multa de 150.000 euros a la Federación Rusa por los incidentes.