Tras la invasión rusa a Ucrania, los países occidentales, alineados con los Estados Unidos, impusieron una serie de fuertes sanciones contra el gobierno de Vladimir Putin. Estas van desde el congelamiento de cuentas y la expropiación de bienes a individuos, hasta el congelamiento total de las transacciones internacionales y boicots a las exportaciones de petróleo.

El rechazo a la invasión ha tomado escalas globales y son muchos los países que se han unido a las sanciones. Sin embargo, esta no es la primera vez que Rusia se enfrenta a sanciones económicas por sus acciones.

En el año 2014, cuando Rusia se anexó la península de Crimea, Estados Unidos y otros países europeos sancionaron a algunas empresas y bancos rusos. Según Castellum.ai, una base de datos de seguimiento de sanciones, durante la crisis de Crimea Rusia fue objeto de 2.000 sanciones en su contra. Estas sanciones, sin embargo, no se encuentran al nivel de las enfrentadas este año.

Según la Deutsche Welle (DW), Rusia se ha enfrentado desde el 22 de febrero a más de 4.000 sanciones por parte de los países que se oponen a sus pretensiones de quedarse con Ucrania. Estas sanciones empezaron un día después de que Rusia reconociera la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk.

Así mismo, según información publicada por la DW en su cuenta de Twitter, los países que más han sancionado a Rusia son la Unión Europea, Francia, Suiza y Reino Unido. Todos países europeos que tienen fuertes relaciones comerciales con Rusia y que dependen de su mercado energético, razón por la que el número de sanciones impuestas es más alto.

Entre la lista de países europeos que han sancionado a Rusia. Sorprende la presencia de Suiza, país que fue declarado neutral a inicios del siglo XIX, pero que ahora ha roto su tradición de quedarse al margen de los conflictos armados en el mundo.

Esta gran cantidad de sanciones, que demuestra una condena unificada y una acción casi coordinada por parte de la comunidad internacional, han significado un fuerte golpe para la economía de Rusia.

Luego de las sanciones, el rublo –la moneda de este país– cayó de valor en casi un 30 %. Así mismo, la cancelación de las cuentas Swift, que permite hacer transacciones internacionales, ha dejado completamente congelada la venta internacional de activos como el petróleo o el gas.

Esta última sanción ha dejado a Rusia completamente aislada del mercado internacional.

Así mismo, y debido en parte a la inestabilidad económica, pero también como una medida de rechazo a las acciones bélicas de Rusia, varias compañías han dejado el país. Industrias como Shell, Boeing, Toyota, Apple y McDonald’s han abandonado el país en las últimas semanas.

El país que sigue a Rusia en la lista de sanciones es Irán, que ha sido duramente castigado por sus constantes amenazas a los países occidentales y por la continuación de su programa nuclear, que representa una amenaza para los Estados Unidos y para los vecinos de este país. Así mismo, Irán también ha sido sancionado por apoyar a grupos terroristas y fundamentalistas islámicos.

En la última década, Irán ha sido objeto de 3.600 sanciones por parte de la comunidad internacional. Una cifra que está muy lejos de equipararse a la de Rusia, que ha acumulado más sanciones en tres semanas de invasión que este país en casi 10 años.

La lista de países más sancionados es completada por Siria, Corea del Norte y Venezuela, tres países que también tienen intereses contrarios a los Estados Unidos y representan una amenaza para esta potencia mundial.

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