Rusia se enfrenta a un panorama complicado a raíz de su invasión. Por un lado, figura la resistencia ucraniana, y, por el otro, la oleada de sanciones internacionales sin precedentes que han sido impuestas en su contra.

Aunque la comunidad internacional optó por no involucrarse militarmente en el conflicto, sí reaccionó en cadena con duras medidas económicas, políticas e, incluso deportivas, pues Rusia fue expulsada del Mundial de Catar y los clubes de ese país no podrán participar en competiciones de la Uefa, por ejemplo.

Ahora, el efecto económico resulta inminente. De acuerdo con un informe publicado por JP Morgan, las sanciones de Occidente “darán en el blanco de la economía rusa, que ahora parece dirigida a una recesión profunda y a la imposición de controles de capital”.

Según los analistas, la economía rusa podría contraerse hasta en 20 % en el segundo trimestre del año respecto al tramo anterior. “Además, creemos que el creciente aislamiento político y económico de Rusia restringirá el potencial de crecimiento en los años venideros y rebajarán la tendencia de crecimiento al 1 %, desde el 1,75 % previo”, agrega el documento de JP Morgan.

Dentro de las sanciones más recientes figura la expulsión del sistema Swift (Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales) de varios bancos, lo que se produjo la caída de casi 30 % del rublo.

El informe de JP Morgan señala que las sanciones, que han congelado unos 630.000 millones de dólares de las reservas del banco central ruso, buscan “infligir un daño importante a la economía rusa mientras se mantiene el flujo de exportaciones de petróleo y gas natural ruso”.

“El problema inmediato es si los aliados occidentales pueden perfilar efectivamente exenciones para los pagos de energía en el marco de las sanciones al Swift”, mencionan los analistas. Además, advierten que las tensiones entre Rusia y Ucrania “pueden tener un efecto sustancial en otros precios de las materias primas como el trigo y, más importante, el paladio, que es esencial para producir semiconductores y donde el suministro ya ha estado constreñido los últimos dos años”.

Ante el panorama, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió con el primer ministro, Mijaíl Mishustin; la gobernadora del Banco Central de Rusia (BCR), Elvira Nabiúlina; y otros funcionarios para analizar la situación y estudiar la implementación de medidas para estabilizar el mercado.

¿Por qué al dólar no lo ha tocado la crisis entre Rusia y Ucrania?

Mientras que Rusia está al borde de un colapso financiero, debido a los efectos de las sanciones que les están aplicando las demás economías, el dólar parece estar en otro escenario, muy distinto al de los países europeos en conflicto: Ucrania y Rusia.

El peso colombiano se ha mostrado tranquilo frente a la moneda estadounidense, luego de un ligero efecto el día en el que estalló el enfrentamiento, el 24 de febrero en la madrugada, cuando se vio ligeramente tocado. En ese momento, la divisa ganó 27 pesos, mientras los mercados globales se desplomaban.

En el inicio de esta semana, pasados cuatro días desde que se produjo la invasión de Rusia a Ucrania, el precio promedio de la moneda estadounidense fue de 3.911,07 pesos en nuestro país, es decir, más bajo que en días anteriores al ataque ruso. El interrogante de muchos es si empieza el dólar a dejar atrás su protagonismo global.

Felipe Campos, gerente de investigaciones, de Alianza Valores, reconocido por su experticia en el tema, dice que, históricamente, hasta las guerras más largas han dejado ver que el mercado solo se afecta por unas semanas. De hecho, trajo a la memoria lo sucedido en Vietnam, Irak, Crimea y Afganistán.

Para el analista de mercados, es difícil que el efecto del conflicto sobre el dólar se agrande, por varias razones. Una de ellas es Joe Biden, el mandatario del país del dólar, “está en mínimos de aprobación, y tiene elecciones intermedias este año”. Es decir, sus decisiones en este tipo de circunstancias internacionales debe tomarlas con pies de plomo. Pero, en general, el presidente de Estados Unidos no es partidario del intervencionismo.

A ello se le agrega que, según expresa Campos, “el petróleo y la inflación están por las nubes y cualquier escalamiento puede asegurarnos la recesión en países desarrollados”. Eso es algo que no le conviene a nadie, sobre todo, si el mundo apenas está saliendo del fuerte golpe propinado por el coronavirus a todos los rincones del universo, tanto en términos económicos, como en pérdidas de vidas humanas.

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