Tres cosmonautas rusos despegaron este viernes 18 de marzo en un cohete Soyuz rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), en medio de las fuertes tensiones entre Moscú y los países occidentales por la invasión rusa de Ucrania.

La tripulación —integrada por su comandante Oleg Artemiev y por Denis Matveyev y Serguéi Korsakov— despegó a las 3:55 p. m. (hora de Londres) de una base en Kazajistán y volará tres horas hasta la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), donde será recibida por un equipo de dos rusos, cuatro estadounidenses y un alemán.

Hasta hace poco, la cooperación espacial entre Rusia y los países occidentales era una de las pocas áreas que no había sufrido demasiado las sanciones decretadas contra Moscú tras la anexión en 2014 de la península ucraniana de Crimea.

Sin embargo, habían empezado a surgir tensiones, especialmente después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, nombrara al nacionalista Dmitry Rogozin como jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos en 2018. Este último muestra regularmente su apoyo a lo que Rusia llama “una operación militar especial” en Ucrania.

“¡Los nuestros! Por primera vez desde hace muchos años, es una tripulación completamente rusa”, se congratulaba en Twitter horas antes del lanzamiento. Recientemente, aseguró que las sanciones occidentales introducidas contra Moscú por Ucrania podrían provocar la caída de la ISS.

Según él, el funcionamiento de las naves rusas que abastecen a la ISS se verá afectado por las sanciones, lo que afectará al segmento ruso de la estación. En consecuencia, esto podría provocar “‘el amerizaje’ o el ‘aterrizaje’ de la ISS con un peso de 500 toneladas”, advirtió el 12 de marzo.

Los propulsores de las naves rusas atracadas en la estación se utilizan para corregir la órbita de la estructura espacial. Este procedimiento que se realiza diez veces al año para mantenerlo en la altitud adecuada, o para evitar la basura espacial en su camino. Los estadounidenses por sí solos no tienen esta capacidad, confirmó el lunes Joel Montalbano, director del programa de la estación para la Nasa.

“La Estación Espacial fue diseñada sobre el principio de la interdependencia (...) no es un proceso en el que un grupo pueda separarse del otro”, añadió. “En la actualidad, no hay indicios de que nuestros socios rusos quieran hacer las cosas de manera diferente. Por lo tanto, planeamos continuar con las operaciones como lo hacemos hoy”, señaló.

A bordo de la ISS, los cosmonautas rusos y los astronautas estadounidenses evitaron hablar sobre el conflicto que ya se ha cobrado miles de vidas y ha provocado una de las mayores crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

El astronauta Mark Vande Hei se convirtió en objeto de una broma rusa: Roscosmos publicó un video diciendo que el estadounidense podía permanecer en la ISS en lugar de regresar a la Tierra a bordo de un cohete Soyuz el 30 de marzo.

*Con información de AFP.

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