El mundo esta a días de que se cumpla un año y medio de la guerra entre Ucrania y Rusia con consecuencias globales, siendo la limitación para recibir cereal uno los efectos más perceptibles. Esto sin contar las grietas a nivel de política exterior, aplicación de sanciones, más advertencias entre los participantes directos e indirectos.
En estos meses de hostilidades, las acciones de represalia se han traducido también en la expulsión de diplomáticos rusos en Europa, algunos de los cuales son acusados de espionaje. La invasión ordenada por Vladimir Putin detonó tensiones con Occidente e incertidumbre sobre cuándo se respirará un poco de tranquilidad.
Las restricciones que imponen organismos como la Unión Europea para intentar que el jefe del Kremlin dé ‘un paso atrás’ en sus planes le han puesto contra las cuerdas, pero también han reflejado otras rutas para mantenerse. No obstante, la guerra también ha cobrado vidas de sus soldados, aunque son ‘escuetas’ las cifras reconocidas tanto por Kiev como Moscú.
Espías, ¿otra táctica de Putin?
Según informó Euronews, a finales del mes pasado el gobierno moldavo expulsó a miembros de la embajada rusa tras acusarlos de espionaje. Las autoridades describieron como “acciones inamistosas” lo que motivó la salida de unas cien personas (estas incluían, por ejemplo, a personal técnico y sus familiares).
Ese medio aseguró que la decisión se tomó luego de que Moldavia encontrara equipos de espionaje en el tejado de la embajada, así como en una edificación cercana a disposición del gobierno ruso. El ministro de Asuntos Exteriores afirmó que en el marco de las “continuas tensiones” estos individuos debían abandonar la nación cuanto antes.
Sin embargo, y ante las continuas expulsiones, la administración de Putin podría estar contemplando alternativas menos ‘tradicionales’ a fin de perpetuar una vigilancia. Infobae se refiere a esto como “células dormidas”: no son otra cosa más que emplear a sujetos que no despierten ninguna sospecha al presuntamente estar desligados de Moscú.
Ese medio informó que, por lo menos, siete han sido descubiertos (durante los últimos doce meses) en varios países como Noruega, Brasil, Grecia y Países Bajos. Su modus operandi es hacerse pasar por ciudadanos de terceros territorios para establecerse en puntos estratégicos y pasar desapercibidos ante las autoridades.
Polonia captura a 16 sospechosos
La táctica que podría estar utilizando el Kremlin ha seguido centrando la atención, luego de que el martes (8 de agosto) las fuerzas de seguridad polacas arrestaran a 16 presuntos espías rusos. Se llegó a estos, luego de varias tareas de Contrainteligencia puestas en marcha en el contexto de la invasión a Ucrania.
El vocero de los servicios especiales polacos, Stanislav Zharin, comentó a la prensa que la agencia “no solo ha sido capaz de identificar y detener a los agentes de la inteligencia rusa, sino también de desmontar su modus operandi para realizar este tipo de actividades contra Polonia”.
Zharin aseguró, citado por Europa Press, que la contrainteligencia trabaja con “gran eficacia”, aunque aclaró: “no es momento de detenerse”.
“Nuestra contrainteligencia consigue averiguar con eficacia cómo operan los rusos, esto es sin duda un gran éxito de nuestros servicios. Pero, por desgracia, es demasiado pronto para dormirnos en los laureles. Los rusos siguen buscando formas de desestabilizar y debilitar a Polonia”.
Polonia busca incrementar la cifra de efectivos de su Ejército, contemplando el corto plazo como una forma de prepararse ante posibles acciones del Grupo Wagner, así como las fuerzas bielorrusas.
Por otro lado, según informó la AFP, el servicio de seguridad ruso afirmó que fueron “eliminados” cuatro “saboteadores” ucranianos a quienes acusó de buscar ingresar en la región fronteriza de Briansk.