Rusia volvió a abrir este jueves el flujo de gas hacia Europa, tras una suspensión de las operaciones del gasoducto Nord Stream, pero Moscú mantiene a la mano un “arma” de la cual depende la seguridad energética de la UE de cara al próximo invierno.
“Está funcionando”, declaró a AFP un portavoz de la sociedad Nord Stream a inicios de la mañana.
Según los primeros datos publicados por el operador alemán de esta red, Gascade, el flujo equivale al que este gasoducto registró antes de la suspensión de operaciones por mantenimiento, es decir, a un 40 % de su capacidad.
El miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, denunció que Rusia “está utilizando el gas como arma”.
Tras diez días de mantenimiento anual de este gasoducto, que comunica los campos de Siberia con el norte de Alemania, Europa se preparó para que el gigante energético Gazprom cerrara el grifo de forma definitiva.
Cerca de 29 GWh de gas fueron enviados en la segunda hora desde que el ducto volvió a estar operativo hacia la estación alemana de Greifswald, en el Mar Báltico.
Klaus Muller, director del ente que regula la energía en Alemania, la Agencia Federal de Redes confirmó que el flujo está en torno al 40 % de su capacidad.
“La incertidumbre política y la reducción de un 60 % (del suministro) desde mediados de junio lamentablemente persisten”, dijo en Twitter.
Gazprom redujo a mediados de junio a 40 % su capacidad de suministro a través de Nord Stream, argumentando que había una turbina que se encuentra en mantenimiento en Canadá.
El gigante ruso Gazprom había asegurado que no podía garantizar la reanudación del suministro por el gasoducto, citando la ausencia de la turbina, necesaria para el funcionamiento de una estación de compresión.
Este gasoducto suministra cerca de un tercio del gas que la Unión Europea (UE) compra cada año. Tras llegar a Alemania, que es su principal cliente y que es un país muy dependiente energéticamente de Rusia, el gas es exportado hacia otros países.
Un “pretexto”
El funcionamiento a media máquina de un 40 % de la capacidad de Nord Stream implica un riesgo de que el aprovisionamiento sea insuficiente para las empresas y los particulares en los meses de invierno.
Para evitar una crisis mayúscula, la Comisión Europea propuso el miércoles un plan para disminuir en un 15 % de la demanda de gas en el corto plazo.
Esta propuesta, que debe ser debatida por los países, llevaría a limitar la calefacción de ciertos edificios, aplazar el cierre de las centrales nucleares e incitar a las empresas a reducir sus necesidades.
El presidente ruso, Vladimir Putin, que había anticipado que el ducto podría retomar sus actividades este jueves, sugirió que Nord Stream funcionaría a 20 % de su capacidad la próxima semana.
El mandatario ruso alegó que una segunda turbina, que se encuentra en la actualidad en Rusia, entrará también en mantenimiento a finales de julio.
Alemania considera que las entregas de gas han tomado un cariz “político” y que el problema de las turbinas es un “pretexto”.
Con información de AFP