Este 15 de diciembre los líderes de Rusia y China mantuvieron una reunión virtual que se celebró en un contexto en el que ambas naciones enfrentan varios desafíos en el ámbito de la política exterior. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el de China, Xi Jinping, han acordado crear una estructura financiera independiente que no pueda ser influenciada por otros países.

“Se ha prestado especial atención a la necesidad de intensificar los esfuerzos para formar una infraestructura financiera independiente que dé servicio a las operaciones comerciales entre Rusia y China. Crear, quiero decir, una estructura que no pueda ser influenciada por terceros países”, declaró el asesor del mandatario ruso Yuri Ushakov.

En la conversación ambos mandatarios abogaron por aumentar la participación de las monedas nacionales en el comercio bilateral y con esto “ampliar la cooperación para garantizar el acceso de los inversores de Rusia y China a los mercados de valores de ambos países”, detalló el asesor presidencial ruso.

Para Rusia, estos desafíos están relacionados con la actividad de la OTAN en el territorio de sus países vecinos y con las tensiones en torno a Ucrania, mientras que China se enfrenta a alianzas en su contra en la región del Indo-Pacífico y a la actividad en torno a Taiwán: la isla que Pekín considera parte de su territorio y con la que EE.UU. mantiene estrechas relaciones.

Putin dijo al inicio del encuentro virtual que las relaciones entre Moscú y Pekín son “un verdadero ejemplo de cooperación interestatal en el siglo XXI”. “Un nuevo modelo de cooperación se ha creado entre nuestros países, basado, entre otras cosas, en fundamentos como la no intervención en los asuntos internos y el respeto a los intereses mutuos, la determinación de convertir a la frontera conjunta en un cinturón de paz eterna y buena vecindad”, afirmó el presidente ruso.

Xi, por su lado aseguró que su homólogo “apoyó firmemente los esfuerzos de China para defender a los intereses nacionales clave y se opuso enérgicamente a los intentos de crear una brecha” entre ambos países, destacando que “valora mucho” estas acciones.

Una relación modelo

El tono amistoso de la conversación, retransmitida en parte por la televisión rusa, contrasta con las críticas occidentales hacia Moscú, sospechoso de preparar una invasión de Ucrania, y hacia Pekín por la represión en Xinjiang y Hong Kong.

La videoconferencia ilustró la proximidad entre ambos dirigentes, especialmente en comparación con las conversaciones menos cordiales mantenidas recientemente por ambos con el presidente estadounidense Joe Biden.

El presidente ruso también confirmó el miércoles que los dos dirigentes se encontrarán “en persona en Pekín” en febrero en ocasión de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno.

Los dos mandatarios no se han visto cara a cara desde el inicio de la pandemia.

Tensiones en occidente

Las relaciones de China y Rusia con las potencias occidentales se han deteriorado en los últimos años, por lo que pretenden proyectar unidad para hacer de contrapeso.

No solo cooperan en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde son miembros permanentes, sino que también reforzaron sus vínculos en economía, defensa y energía.

Actualmente, Rusia está en el blanco de las críticas de la Unión Europea y Estados Unidos por sus maniobras militares en la frontera con Ucrania, que hacen temer a algunos una posible invasión.

La cuestión era uno de los temas previstos en una cumbre entre la Unión Europea con las antiguas repúblicas soviéticas, un foro que Moscú ve con recelo.

Por su lado, China es criticada habitualmente por Washington y sus aliados por la presión militar sobre Taiwán, el trato de la minoría musulmana uigur o la restricción de las libertades en la ciudad supuestamente semiautónoma de Hong Kong.

Con de información AFP.