Opiniones divididas ha despertado el caso de un sacerdote católico que, durante una celebración eucarística, más precisamente en un primera comunión, se mostró en aparente estado de embriaguez, situación que se evidenció en el modo de hablar, y en que el religioso, tras beber un poco del vino del cáliz sacramental, dejó salir una suerte de eructo que despertó comentarios y burlas por parte de los feligreses que concurrían a la misa.
Aunque el hecho ocurrió el pasado 22 de mayo en una pequeña localidad de La Higuera, jurisdicción de la diócesis de Jaén, en la comunidad autónoma de Andalucía, España, el particular momento fue captado en video y difundido por uno de los asistentes a través de las redes sociales, logrando que el escándalo tomara un alcance más allá de la comunidad próxima, y se conociera mundialmente.
Lo anterior contribuyó a que el sacerdote, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, estuviera en boca de todo el mundo, y a que los comentarios derivados de lo ocurrido se masificaran, a tal punto que inspiraron su renuncia.
Así, a través de un comunicado publicado el pasado 27 de mayo por la diócesis de la que forma parte, el religioso, identificado como Juan Rubio, se pronunció sobre lo ocurrido, presentando excusas a quien se hubiese podido sentir ofendido por su comportamiento, y manifestando su deseo de renunciar a la parroquia.
“Pido disculpas por el escándalo que este hecho haya podido causar, tanto a la feligresía de la parroquia a la que sirvo, como al pueblo de Dios que haya podido verse ofendido por las imágenes que se han difundido”, advirtió el religioso en el comunicado, revelando además que tras presentar su renuncia, su superior, el obispo de la diócesis de Jaén, la ha aceptado.
Pese a que para algunas personas pudo tratarse de un eructo producto de alguna situación física, asociada a una suerte de aerofagia, referida a una reacción física cuando se traga mucho aire, una de las frases pronunciadas por el religioso antes de beber de la copa sacramental, evidenció que podría tratarse en efecto de que el sacerdote estaba borracho.
La frase en cuestión fue: “para lo que me queda en el convento...”, pronunciada justo antes de beber y eructar.
Esta situación también fue confirmada en el comunicado por el mismo sacerdote, quien haciendo alusión a lo que parece es un problema con el alcohol, sentenció que “muestro mi decisión firme de ponerme en manos de profesionales que puedan ayudarme a superar la situación personal en la que me encuentro, confiando en que pueda restablecerme lo antes posible”.
Si bien un sector de la sociedad manifestó su descontento por lo ocurrido, recordando que en el espacio el sacerdote dio mal ejemplo, si se tiene en cuenta que estaban presentes menores de edad que estaban haciendo la primera comunión, otros sectores de la comunidad, cuestionados por medios locales, afirmaron que el sacerdote tenía derecho ha haber tenido un mal día, o quizás haber consumido un poco de vino de más.
Aunque el video original, que había sido difundido a través de la plataforma TikTok, fue eliminado, este alcanzó a ser tomado por algunos telediarios o noticieros españoles que lo han replicado en sus emisiones en el marco del cubrimiento informativo.