El domingo 15 de enero el párroco Isaac Achi, quien trabajaba con la iglesia de San Pedro y San Pablo en la región de Paikoro, en Nigeria, fue sorprendido por criminales islamistas en la madrugada. El sacerdote terminó siendo quemado vivo por parte de los extremistas. Otro sacerdote describió días después un conmovedor gesto de Achi antes de morir.
¿Qué sucedió?
Según el medio local SaharaReporters, la Policía de Níger reveló en un comunicado: “El 15/01/2023 alrededor de las 03:00 horas, bandidos armados invadieron la residencia parroquial del reverendo padre Isaac Achi de la iglesia católica St. Peters and Paul”.
“Desafortunadamente, según los informes, los bandidos intentaron ingresar a la residencia, pero al parecer era difícil y decidieron entonces incendiar la casa, quemando vivo al padre”.
El oficial explicó que la Policía llegó de manera inmediata al lugar, pero que los delincuentes lograron huir: “se están realizando esfuerzos para detener a los asaltantes, al tiempo que se han iniciado las investigaciones sobre el trágico ataque”.
Respecto al colega herido, las autoridades aclararon que fue alcanzado por las balas cuando se encontraba huyendo: “un colega del reverendo padre, identificado como el padre Collins, también recibió un disparo en el hombro mientras intentaba escapar de la escena”.
¿Cuál fue el gesto que describió Collins?
Un testimonio del padre Collins, quien sobrevivió al ataque, habría llegado a oídos de otro sacerdote que expresó a través de sus redes sociales lo que sucedió. En medio del ataque, ambos sacerdotes decidieron realizarse el sacramento de la confesión de manera mutua.
“Como la rectoría estaba siendo atacada, el padre Isaac y su sacerdote asociado se ofrecieron el sacramento de la confesión, antes de él pedirle (al padre Collins Omeh) que escapara”, dijo el padre Collins.
La confesión es un acto que consiste en la declaración o manifestación de los pecados que ha cometido una persona, frente a un sacerdote; es, de acuerdo con la creencia católica, una forma de acercarse a Dios.
Los atacantes
Este tipo de ataques han ocurrido antes en Nigeria, un país predominantemente musulmán en el que los católicos son una minoría.
El padre Achi ya había sido víctima, en el año 2011, de un ataque del grupo Boko Haram, un grupo extremista islamista militante en el norte de Nigeria. Este dejó un total de 44 feligreses muertos y sucedió durante una celebración de Navidad.
De acuerdo con lo que informa el portal Catholic Review, este mismo sacerdote habría sufrido un atentado con disparos mientras bendecía a un niño y sobrevivió a un intento de secuestro.
Tras el ataque, la Asociación Cristiana de Nigeria pidió investigaciones rápidas y el arresto de los asesinos.
El arzobispo Bulus Dauwa Yohanna, uno de los representantes de la Iglesia católica, declaró en un comunicado de prensa: “Basta de ataques y asesinatos sin sentido de ciudadanos nigerianos inocentes”. Además, pidió por el descanso del alma del padre Achi y de todos los demás muertos en la violencia.
El gobernador del estado de Níger también se manifestó frente a los hechos y calificó de “locos” a los autores del ataque. “Este es un momento triste. Que un sacerdote sea asesinado de esa manera significa que no todos estamos a salvo. Estos terroristas se han vuelto locos y se necesita una acción drástica para poner fin a esta carnicería en curso”, agregó.
En junio del año pasado, 50 personas, entre las cuales había varios niños, fueron asesinadas en una iglesia católica ubicada al sur de país, en la ciudad de Owo.
En ese momento, un grupo de cinco hombres armados ingresó a la parroquia, secuestró al sacerdote y comenzó a disparar a varias personas que se encontraban en el lugar. Después, los atacantes hicieron detonar un explosivo dentro del lugar y comenzaron un tiroteo hacia las personas que se encontraban en los alrededores.