Cuatro de las siete personas que fallecieron en el naufragio del superyate en la bahía quedaron atrapadas con vida en las cabinas del barco mientras este se hundía frente a la costa de Sicilia el mes pasado, según revelaron las autopsias.
El abogado de Nueva York, Chris Morvillo, su esposa Neda, junto con Jonathan Bloomer, presidente de Morgan Stanley Bank International, y su esposa Judy, perdieron la vida debido a “ahogamiento en seco”, de acuerdo con los resultados de las pruebas realizadas en los últimos dos días, informó el periódico italiano La Repubblica.
Ninguno de los cuatro ocupantes del yate de 185 pies tenía agua en los pulmones, la tráquea o el estómago, lo que indica que no se ahogaron en el agua del mar tras el hundimiento del barco durante una tormenta el 19 de agosto.
Los patólogos del Instituto de Medicina Legal de Palermo concluyeron que las cuatro personas fallecieron por asfixia cuando el aire dentro de la burbuja en la que se refugiaban se agotó, volviéndose tóxico debido a la acumulación de dióxido de carbono, según el diario italiano.
Los cuerpos de los Morvillos, los Bloomers y el empresario tecnológico británico multimillonario, dueño de un yate, Mike Lynch, fueron hallados en la misma cabina situada en el lado izquierdo del yate, valorado en 40 millones de dólares.
El cadáver de Hannah, la hija de Lynch de 18 años, fue encontrado en la habitación contigua, también en el lado izquierdo del barco.
La embarcación se hundió hasta el fondo del océano, quedando inclinada hacia su lado derecho, lo que indica que las víctimas probablemente estaban conscientes mientras intentaban llegar a las cabinas, las cuales se inundaron en el último momento mientras buscaban bolsas de aire.
Sin embargo, esas bolsas de aire se volvieron rápidamente tóxicas, ya que el oxígeno se agotó y las víctimas comenzaron a inhalar dióxido de carbono, según narra el NY Post citando a La Repubblica.
El marinero que estaba de guardia la noche que naufragó el yate del magnate británico Mike Lynch en Sicilia hace dos semanas, que causó siete muertos, dio la alarma y despertó al capitán, indicó la prensa italiana.
“Vigilé toda la noche las condiciones meteorológicas, en particular el viento que llegó a 20 nudos [cerca de 40 km/h]. Entonces desperté inmediatamente al capitán que tomó el mando de las operaciones y dio la orden de despertar a todos los demás”, afirmó Matthew Griffith, según la agencia Ansa y varios diarios, que no citan su fuente.
Los fiscales de la isla italiana investigan posibles delitos de naufragio negligente y de homicidio involuntario, después del hundimiento del yate “Bayesian” tras el paso de una tromba de agua antes del amanecer el 19 de agosto, que provocó la muerte de Mike Lynch y otras seis personas.
El capitán James Cutfield, un ciudadano neozelandés que figura entre los 15 supervivientes (nueve miembros de la tripulación de diez y seis pasajeros de doce) está siendo investigado, así como el mecánico Tim Parker Eaton, que era el responsable de la sala de máquinas la noche del accidente, y el marinero Matthew Griffith, que estaba de guardia.
Cutfield confirmó que el marinero le despertó y que dio la orden “de informar a los demás porque la situación no [le] gustaba”, según el diario Corriere della Sera.
Mike Lynch, de 59 años, un multimillonario hombre de negocios, celebraba con sus amigos, colaboradores y abogados, su absolución en junio en un juicio por fraude en Estados Unidos que podría haberle costado años de cárcel.
Con información de AFP*