Una experiencia al borde de la muerte que le dio otro rumbo a su vida fue la que vivió Sam Messina, un joven estadounidense, quien sufrió un derrame cerebral después de haber estornudado. Su caso se remonta a 2016, cuando estaba en plena época universitaria en Alabama.

El norteamericano, quien en ese entonces tenía alrededor de 20 años, tuvo que someterse al menos a tres cirugías para lograr salvarse. En la academia hizo parte del equipo de Hockey, deporte que empezó a convertirse en otra de sus pasiones, pese a que de niño su ‘amor’ estaba inclinado por los videos, tener una cámara en mano, era lo que anhelaba ser de mayor, según dijo a Jam Press, citado por New York Post.

Sus planes fueron cambiando a medida que llegó a la adolescencia e incursionó en el mundo universitario. No obstante, el destino le tenía ‘preparado’ uno de los mayores desafíos y decisivos, pues, hasta entonces, no sabía lo que significaba temer por su vida y no volver a ver jamás a sus seres queridos.

El día en que “explotó” su cerebro

El caso de Sam Messina ocurrió exactamente en septiembre de 2016, cuando sintió que algo no estaba bien y alcanzó a comunicarse con su familia para que lo trasladaran de urgencia al hospital. “Estaba en medio de la prosperidad en la universidad, simplemente haciendo todo el asunto de la universidad”, dijo en lo reseñado por New York Post.

Joven se debatió entre la vida y la muerte, tras sufrir un derrame cerebral (imagen de referencia) | Foto: Getty Images

En su “tercer año estaba acostado en la cama y estornudé (...). Cuando estornudé, básicamente tenía un aneurisma”, agregó.

De acuerdo con el portal médico Mayo Clinic un aneurisma cerebral se define como la “protuberancia” que aparece en un vaso sanguíneo. Su gravedad es tal que el tratamiento médico inmediato es elemental por las probabilidades de que el paciente fallezca si se da el caso de una ruptura y posterior accidente cerebrovascular.

El estadounidense fue trasladado de urgencia al hospital (imagen de referencia). | Foto: Shannon Fagan/ Getty Images

“Mi cerebro prácticamente explotó y el coágulo salió de mis fosas nasales (...). También me provocó un derrame cerebral, así que me desmayé y casi debería haber muerto”, agregó Messina al medio estadounidense. Según New York Post, el estornudo fue el detonante para descubrir la afección que pudo desarrollarse en cualquier instante.

El miedo se apoderó de él, pero fue consciente de que si una cirugía era la salida para recuperarse no duraría en someterse a esta. Tras su recuperación, el interrogante que le surgió fue qué rumbo tomaría en adelante, pues sintió una inclinación de no perder el sueño de su infancia: la pasión por las cámaras y así centró su carrera en crear contenido para diferentes empresas reconocidas (hoy en día tiene su propia compañía).

“No estoy lista para morir”

Bailey McBreen, una joven estadounidense con una ‘inusual’ condición al no poder parar de eructar, asegura que “aún no quiere morir”. La odisea para la mujer de 24 años comenzó en 2021 cuando notó que, en su cuerpo, esa molestia empezaba aumentar hasta diez veces al día.

El diagnóstico fue ‘devastador’, pues los médicos le confirmaron que padecía cáncer de colon en etapa tres. “Nunca pensé que podría estar relacionado con una enfermedad tan horrible (...). No sé si alguna vez procesaré por completo el hecho de que me hayan diagnosticado un cáncer tan agresivo y en etapa tardía”, dijo a NeedToKnow, según New York Post.

A la mujer le diagnosticaron cáncer en etapa 3 (imagen de referencia mujer hospitalizada). | Foto: Getty Images / kieferpix

Ese medio informó que a la mujer le lograron extirpar el tumor y pudo entrar en un proceso de quimioterapia. Esa experiencia le ha llevado a adoptar transformaciones en su vida que van desde lo espiritual hasta lo que su cuerpo recibe.