El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, amenazó este miércoles con más sanciones para detener el proyecto de gasoducto Nord Stream 2, que asegurará la provisión de gas desde Rusia a Alemania y otros países europeos. "Nuestras expectativas es que quienes participen en el proyecto van a estar sujetos a una revisión sobre potenciales consecuencias", advirtió Pompeo en una rueda de prensa. También afirmó que "el Gobierno ahora incluirá el proyecto en el marco de la ley para contrarrestar a los adversarios de Estados Unidos, una legislación separada para establecer sanciones contra países". La Casa Blanca justifica sus medidas al sostener que el proyecto es una agresión rusa contra Europa.
El anuncio empeora las tensiones alrededor de este asunto entre Estados Unidos y la Unión Europea, especialmente con Alemania. Para la administración de Angela Merkel, las medidas intervienen en los asuntos internos de los países europeos y afectan su capacidad de decidir sobre su seguridad energética. Esto se suma a unas sanciones ya impuestas el año pasado contra constructores que participaban en el proyecto, cuyas inversiones alcanzan los 11.000 millones de dólares.
Para junio de este año, la construcción del gasoducto estaba cerca de su culminación. De los 2.360 kilómetros que tiene previstos, ya 2.200 habían sido construidos. Los conductos atraviesan las aguas territoriales de cinco países: Rusia, Finlandia, Suecia, Dinamarca y Alemania. Sin embargo, otros estados europeos también recibirán gas por medio de esta infraestructura, tal como República Checa. Las empresas que llevan a cabo el proyecto son Nord Stream 2 AG y Nord Stream AG. Ambas compañías suizas, cuyo capital posee el gigante ruso Gazprom en un 100 por ciento y en un 51 por ciento respectivamente. De igual manera, varias empresas europeas están asociadas al proyecto, entre ellas los grupos alemanes Wintershall y Uniper, la británico-holandesa Shell, la francesa Engie y la austríaca OMV. *Con información de AFP