La joven primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, negó rotundamente haber consumido drogas o estupefacientes en una fiesta con sus amigos más cercanos.
La líder política de 36 años fue captada en un video grabado con un teléfono celular, celebrando y bailando de manera desaforada, lo que causó indignación y dudas entre varios diputados de ese país sobre lo que estaría haciendo en la fiesta.
Uno de ellos es Mikko Kärnä, del Partido del Centro, quien le pidió a la ministra que se sometiera a una prueba que pudiera detectar si había consumido drogas durante la fiesta y así despejar todas las dudas en esta tormenta política.
“No he consumido drogas y no es un problema hacerme una prueba, pero creo que es bastante especial que se requiera algo como esto [...] No vi ninguna evidencia de que se hayan usado drogas en ningún lado”, dijo a los periodistas cuando fue abordada por la prensa en un aeropuerto de Finlandia.
Marin también defendió su comportamiento en el video que ya es viral en redes sociales. “Bailé, canté, celebré, hice cosas legales” y afirmó que incluso no tomó en exceso bebidas alcohólicas.
La ministra también estuvo envuelta en una polémica en 2021 cuando fue fotografiada en una discoteca de Helsinki poco después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, saliera positivo por covid-19. Según Marin, su entorno le había dicho en un primer momento que las directivas relativas al coronavirus no le obligaban a aislarse, pese a haber tenido contacto con una persona infectada.
“Debería haber sido más perspicaz y haber comprobado dos veces las instrucciones que me habían dado. Siento mucho no haber entendido que tenía que hacer eso”, dijo la dirigente socialdemócrata en Facebook.
Un sondeo realizado por la cadena de televisión MTV3 reveló que dos tercios de las personas interrogadas calificaban su salida de “grave error”.
La oposición también atacó duramente a la jefa de Gobierno por no haber visto un mensaje de texto durante la noche en que se le informaba que tenía que aislarse después de todo. Su teléfono del trabajo se había quedado en casa. En Finlandia, la epidemia estuvo durante mucho tiempo entre las más bajas de Europa. Pero actualmente el país conoce un repunte con un número de contagios diarios de unos 300 por cada 100.000 habitantes.
La llegada de Marin a las altas esferas políticas de Finlandia fue noticia a nivel global, debido a su historia. A diferencia de muchos políticos, proviene de un entorno modesto. Sus padres se divorciaron cuando era una niña pequeña “debido al problema de alcoholismo de mi padre”, escribió Marin en su blog en 2016. Fue criada en una familia homoparental (su madre y la novia de esta) en la región de Pirkkala, al norte de Helsinki.
Con tan solo 15 años, Marin empezó a trabajar en una panadería para colaborar con los gastos del hogar. Y, en su época de bachiller distribuía revistas para ganarse unos euros de más. Después de graduarse, trabajó como cajera. Cosa que ha generado burlas y rechazo entre algunos líderes que se quedaron estancados en el tiempo, tal como el ministro del Interior de Estonia, quien la llamó “vendedora” en son de chiste, y cuestionó su capacidad para dirigir el país.
Sin embargo, la llegada al poder de Marin reafirmó el talante feminista de Finlandia. Cabe recordar que el país nórdico fue el primero del mundo en elegir mujeres para el Parlamento, hace más de un siglo. Pese a esto, solo hubo dos primeras ministras, razón por la cual el ascenso de Marin, una socialdemócrata, generó gran expectativa.