Mala noticia para los estudiantes extranjeros en Australia: el gobierno del país oceánico elevó este lunes en 125 % la tarifa de los visados para ellos, convirtiéndose así en la más cara entre los principales mercados educativos del mundo. Con la nueva medida, la tasa para los visados de estudiantes extranjeros pasará de costar 710 a 1.600 dólares australianos.
Esta nueva tarifa supera incluso al costo del visado del Reino Unido, que ronda las 490 libras esterlinas, y al de los Estados Unidos, que cobra U$S 182. El aumento es parte de una serie de medidas que Australia está implementando para regular la inmigración dentro de sus fronteras.
Desde el gobierno australiano sostienen que este incremento ayudará a “restaurar la integridad en el sector de la educación internacional y a financiar una serie de importantes iniciativas en materia de educación y migración”. El ministro australiano de Educación, Jason Clare, afirmó en un comunicado: “La educación internacional es un activo nacional increíblemente importante y tenemos que garantizar su integridad y calidad”.
Además del aumento en las tarifas de visado, este lunes entró en vigor otra medida destinada a limitar el ingreso de extranjeros al país, con el objetivo de cerrar el vacío legal que permite a los estudiantes extranjeros prolongar continuamente su estancia en Australia, a veces de forma indefinida. Este ajuste en la política migratoria está motivado, en parte, por los elevados costos de la vivienda en ciudades como Sídney y Melbourne.
A pesar de estos cambios, la educación sigue siendo una de las principales industrias exportadoras de Australia, aportando unos 36.400 millones de dólares australianos en bienes y servicios, así como matrículas, durante el año fiscal 2022-2023. La mayor parte de los estudiantes extranjeros provienen de China, India, Nepal, Vietnam y Colombia, según datos del Ministerio de Educación de Australia.
El aumento de las tarifas de visado también ha generado preocupación entre las instituciones educativas australianas, que temen una disminución en la matrícula de estudiantes internacionales, lo que podría afectar sus ingresos y la diversidad en los campus. Las universidades están explorando formas de mitigar este impacto, como la creación de más becas y programas de apoyo financiero para estudiantes internacionales.
Las reacciones al aumento de las tarifas han sido mixtas. Mientras algunos sectores apoyan la medida como una forma de controlar la inmigración y asegurar la calidad de la educación, otros la critican por ser un obstáculo para la educación internacional y por potencialmente dañar la reputación de Australia como destino educativo.
En respuesta a las críticas, el gobierno ha asegurado que seguirá trabajando en estrecha colaboración con las instituciones educativas y los representantes estudiantiles para garantizar que las nuevas medidas no afecten negativamente a la educación internacional en el país.
Además, se han anunciado planes para revisar periódicamente estas tarifas con el fin de mantener un equilibrio entre la accesibilidad y la sostenibilidad del sistema educativo internacional de Australia.