No son pocas las teorías de conspiración que intentan explicar cómo será y cuán cerca está el fin de lo que conocemos como planeta Tierra. Muestra de ello es la conjetura que giró en torno a 2012, cuando eran varias las voces que pronosticaban el fin del mundo al término de ese año.

En un intento por dar un acercamiento más claro y científico sobre lo que puede derivar en el colapso de la especie humana, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) hizo una proyección en 1972 y, hoy, 40 años más tarde, parece empezar a tomar fuerza.

En su momento, el informe titulado Limits to Growth (Límites al crecimiento, en español) fue criticado y se sugirió que carecía de fundamento. La principal conclusión a la que llegó el grupo, en aquel momento, fue que el mundo se encaminaba para 2030 a un colapso total en su sistema financiero si seguía el mismo ritmo de producción y consumo.

Con la crisis completa de la economía se desencadenaría el fin de la civilización y, en ese sentido, sería una proyección en la que solo ocho años de espera determinarán o refutarán su validez. Para la evaluación, MIT usó un programa informático conocido como “World1″ y tomó como muestra datos desde 1900 hasta 2060.

Nuevo estudio prevé colapso para 2040

El acelerado cambio climático, que ha derivado, entre otras cosas, en un incremento de las temperaturas, es para expertos el resultado de una práctica de consumo sostenida. La inacción y falta de políticas concretas en materia medioambiental se suman a que cada vez sean más notorias las consecuencias en una escala global.

En línea con el análisis que presentó MIT hace cuatro décadas, una nueva investigación estima que el colapso de la sociedad tendría lugar para el año 2040 (una predicción en tiempo no muy diferente a la del instituto de Massachusetts).

“Desde una perspectiva de investigación, sentí que una verificación de datos de un modelo de décadas de antigüedad contra observaciones empíricas sería un ejercicio interesante”, dijo la investigadora en sustentabilidad Gaya Herrington de KPMG, quien describió las emisiones por gases de efecto invernadero como “un problema existencial compartido”.

Herrington tomó como referencia diez factores que abarcan la producción industrial y la contaminación. Tras evaluarlos encontró que la prioridad que el ser humano les da a los negocios, más allá de cualquier otra cosa, derivará en una caída del crecimiento económico y una crisis absoluta en menos de 20 años.

Una responsabilidad de todos

Herrington agregó al diario The Guardian: “Los científicos del MIT dijeron que teníamos que actuar ahora para lograr una transición sin problemas y evitar costos. Eso no sucedió, así que estamos viendo el impacto del cambio climático”.

El portal Muy interesante recoge que, en declaraciones a Motherboard, la experta aclaró: “No significa que la humanidad dejará de existir”, sino que “el crecimiento económico e industrial se detendrá y luego disminuirá, lo que dañará la producción de alimentos y el nivel de vida”.

Herrington amplió en un texto titulado Más allá del crecimiento, que “en medio de la desaceleración global (...) debido al cambio climático, el malestar social y la inestabilidad geopolítica, por nombrar algunos, los líderes responsables enfrentan la posibilidad de que (el crecimiento) será limitado en el futuro. Y solo un tonto sigue persiguiendo una imposibilidad”.

Según las Naciones Unidas, “para frenar el calentamiento global era necesario reducir las emisiones de CO₂ en 43 % para 2030, en comparación con los niveles de 2010, pero los planes climáticos actuales muestran, en cambio, un aumento del 10,6 %”.