En las regiones nórdicas, sobre todo en Groenlandia y en la parte occidental de la Antártida, un calentamiento entre 1,5 ºC y 2 °C podría provocar el derretimiento del permafrost, la capa helada que recubre millones de km2 de tierras que retienen CO2 y metano, según lo han alertado los expertos.
Mientras realizaban un estudio del glaciar Petermann en el noroeste de Groenlandia, investigadores han descubierto una forma nunca antes vista en la que interactúan el hielo y el océano.
Los glaciólogos de la Universidad de California Irvine y el Jet Propulsion Laboratory de la Nasa dijeron que sus hallazgos podrían significar que la comunidad climática ha estado subestimando enormemente la magnitud del futuro aumento del nivel del mar causado por el deterioro del hielo polar.
Y el deshielo de los casquetes de agua dulce helada podría provocar un aumento del nivel de los océanos en hasta una docena de metros, a lo largo de siglos, pero de manera también irreversible.
Usando datos de radar satelital de tres misiones europeas, el equipo aprendió que la línea de conexión a tierra del glaciar Petermann, donde el hielo se separa del lecho terrestre y comienza a flotar en el océano, cambia sustancialmente durante los ciclos de marea, lo que permite que el agua de mar caliente entre y derrita el hielo en un ritmo acelerado.
Estos resultados se publican en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), “la línea de conexión a tierra de Petermann podría describirse con mayor precisión como una zona de conexión a tierra, porque migra entre 2 y 6 kilómetros a medida que las mareas entran y salen”, dijo el autor principal Enrico Ciraci, especialista asistente de la UCI en ciencia del sistema terrestre y becario postdoctoral de la Nasa.
El informe del IPCC 2022 sobre el impacto del calentamiento fue descrito por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, como un “atlas del sufrimiento humano”. Entre 3.300 y 3.600 millones de personas son “muy vulnerables” a esos efectos, en particular ante las canículas, la sequía así como los mosquitos, vectores de transmisión de enfermedades.
De aquí a 2050, numerosas megápolis costeras y pequeños Estados insulares sufrirán cada año catástrofes meteorológicas que antes eran excepcionales. En los últimos años, los glaciólogos han podido utilizar datos satelitales para estimar el volumen potencial de hielo glacial almacenado en los polos y cómo podría afectar los niveles actuales del mar.
El glaciar Steenstrup en Groenlandia se ha retirado unos 8 kilómetros, ha adelgazado un 20 %, ha duplicado la cantidad de hielo que descarga en el océano y se ha cuadriplicado su velocidad. Según el estudio, un cambio tan rápido es tan extraordinario entre las formaciones de hielo de Groenlandia que ahora coloca a Steenstrup en el 10 % superior de los glaciares que contribuyen a la descarga total de hielo de toda la región.
Por lo que sabían los científicos, Steenstrup no solo se había mantenido estable durante décadas, sino que en general era insensible al aumento de las temperaturas que había desestabilizado a tantos otros glaciares regionales, probablemente, debido a su posición aislada en aguas poco profundas.
La Tierra bate récords de calor, pero las canículas, las tempestades y las terribles inundaciones agravadas por el cambio climático podrían ser solamente un preámbulo del futuro que nos preparan las energías fósiles.
Son los bosques, las plantas y el suelo los que por ahora contribuyen a aliviar la factura climática. Esas regiones boscosas en todo el mundo, y particularmente la Amazonía, contribuyen a absorber cerca de una tercera parte de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la actividad humana.
Con información de AFP y Europa Press*